HOY, DIA DE DIFUNTOS LA MUERTE EN EL BARROCO ESPAÑOL
La Canina. Sevilla. Paso Alegórico barroco que aún procesiona el Viernes Santo
La sociedad y cultura barroca es, a nuestros ojos modernos, sumamente paradójica, pues puede celebrar la vida hasta sus últimas consecuencias y, casi a la vez, recordar la muerte con un realismo estremecedor. Pero hemos de entender que, al contrario de lo que nos sucede a nosotros, los barrocos no distinguen entre profano y sagrado, todo se entremezcla y se potencia.
Por eso, a la vez que se hacen los retratos más fastuosos y se dilapida grandes sumas de dinero en trajes, carruajes o fiestas…, se celebran también los entierros reales, se glorifican los más terribles martirios o se sacan a la calles la imágenes más espeluznantes de la Pasión de Cristo.
Juan de Mesa. Siglo XVII. Cabeza degollada de San Juan Bautista
En este ambiente reaparece el tema de la muerte en su más crudo realismo, tanto en la literatura o el arte. Y digo reaparece pues éste había sido una de las iconografías más habituales a finales de la Edad Media. En el siglo XIV y XV, y bajo la amenaza de la Peste Negra, se habían puesto de moda las famosas Danzas de la muerte en donde reyes, obispos y pueblo llano quedaban igualados ante la presencia de este esqueleto con guadaña que todos alcanzará
Triunfo de la muerte. Brueghel. Museo del Prado Detalle. Aunque el cuadro sea del XVI su espíritu (como ocurre en el Bosco) es aún plenamente medieval
Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Triunfo_de_la_Muerte
En muchas ocasiones el tema reaparecerá sin cambio alguno, en otras será reelaborado con nuevos símbolos. Ya sea de una manera u otra, en la Historia del Arte se conoce a este modelo iconográfico como Vanitas.
Su origen barroco se puede encontrar en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola (creador de los Jesuitas), que le dedicaban algunas jornadas a la puesta en escena (imaginar por parte del fiel, con todo tipo de detalles, la muerte, los horrores de la sepultura, la putrefacción, los gusanos…. ) de la muerte propia. A partir de entonces será habitual la presencia de la calavera como símbolo de la muerte y de los santos tomándola para meditar sobre ella.
El Greco. San Francisco meditando sobre la muerte (Aún no siendo barroca, la pintura del Greco adelantó numerosas iconografías típicas del barroco)
Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:El_Greco
San Jerónimo. Ribera. XVIII. El santo ermitaño que se alejó del mundo para, con la mirada puesta en la muerte (la calavera) escribir sus obras, escucha ya las trompetas del Juicio Final
Tomado de
http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Jos%C3%A9_de_Ribera
Incluso el propio Biombito se ha decidido a hacerlo para ponerse a tono con el día
Con ello se pretendía hacer conscientes a las personas de un tema sumamente barroco: la fugacidad de las cosas materiales, la vida como un tiempo corto en el que constantemente hay que estar preparado para morir. Para esto hasta los bodegones de flores, tan habituales en la época, tienen este sentido escatológico, pues a la frescura y belleza del ramo siempre se acompañan algunas flores muertas o medio marchitas, imagen de la caducidad de todas las cosas.
Juan de Arellano. Búcaro de Flores. Siglo XVII
Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Juan_de_Arellano
Es, una vez más, la propaganda de la Iglesia Católica potenciada desde el Concilio de Trento. La muerte nos llegará a todos y de nada valdrán las riquezas materiales, sólo las buenas obras. Por eso (el mensaje final) hay que intentar no depender de lo temporal y estar en gracia de Dios, sin pecados.
Sin embargo, el barroco, una cultura especialmente visual, muy pronto tradujo estas ideas a imágenes. Alguna de las más conocidas son las creadas para el Hospital de la Misericordia por Valdés Leal que ya han ido apareciendo en este blog. Se trata de dos grandes (y magníficos) cuadros en el que ya aparecen todos los símbolos, muchos de ellos directamente extraídos del Discurso de la verdad de Miguel Mañara, fundador del Hospital que, tras una vida alocada, fue testigo de su propio entierro, se arrepintió profundamente y meditó una y otra vez sobre la muerte
In ictu Oculi (En un abrir y cerrar de ojos). Valdés Leal.
Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Vanitas
Quizás menos conocida, pero de tanta calidad como la anteriores, es una cuadro que se encuentra en la Academia de San Fernando de Madrid. Se trata del Sueño del Caballero (1673), de Pereda (contemporáneo de Velázquez)
En ella se empareja el sueño con la muerte, esa muerte pequeña que tenemos todos los días, como insistía a menudo Quevedo. Un caballero ricamente vestido es visitado así por un ángel que lleva escrito en su filactelia una clara reflexión a la muerte:
Nos atormenta eternamente, llega con rapidez y mata
Junto a el aparece una mesa llena de objetos con profundos contenidos simbólicos. Todo aquello que recuerda a la fugacidad de los placeres de esta vida: el juego (las cartas), los honores militares (la armadura) las joyas…; todas ellas presididas por la imagen del tiempo que corre sin cesar en el reloj de oro que preside la escena
Junto a ellos se encuentra la sempiterna calavera, su muerte descarnada junto a las flores (como ya hemos comentado, símbolo perfecto de la fugacidad de la vida, como lo es también la vela que se puede apagar en cualquier momento), así como otros honores que también se perderán con la vida (las dignidades eclesiásticas, el poder político de la corona, los laureles, incluso la propia literatura sobre la que se posa la cabeza descarnada)
Todo un jeroglífico sobre las postrimerías (como se le llamaba entonces) que, en esa tensión barroca, está pintado con tal maestría en sus texturas que, a la vez que habla de la muerte, está cantando las glorias y maravillas de la vida
Existe un artículo sobre el tema, largo pero excelente.
4 comentarios
dante -
Jordan Trunner -
http://www.nikeairjordan.cc/jordan-trunner-q4-6/
maica -
Cayetana -