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MAÍNO. EL PINTOR PORTUGUÉS QUE ENSEÑÓ A UN REY LA GRAN PINTURA ITALIANA

 

La figura del Maíno  es una ilustre desconocida, tal vez por culpa del propio Museo del Prado, que siempre la ha expuesto de forma mínima y medio escondida. Ahora parece que el Museo quiere pagar sus deudas y le está dedicando (hasta febrero de 2010) una muestra antológica. Merece mucho la pena ir a verla.

 Maíno nació en la entonces cuasi capital de España, la ahora olvidada Pastrana, en la corte de la famosa Princesa de Éboli. De familia portuguesa por parte materna (como lo sería después también su protegido, Velázquez), viajará a Italia en donde conocerá la pintura más vanguardista de la época en sus dos variantes: la tenebrista de Caravaggio y la clasicista de Carracci y Reni.

Estas dos vertientes será capaz de unirlas en un estilo amable sin perder modernidad. En este cuadro que formaba parte del retablo de San Pedro Mártir de Toledo podemos ver sus principales características.

 

 

Tomado de

 http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Juan_Bautista_Ma%C3%ADno

 

Evidentemente su aspecto general nos recuerda mucho más al clasicismo boloñés de Carracci: sus colores vivos y claros en la Virgen (siempre destacó como gran colorista, especialmente prodigioso en las representaciones de telas), el rostro perfecto de ella (suavemente infantil), los gestos algodonosos de los ángeles superiores, lo rotundo de ciertas anatomías que los clasicistas habían heredado de Miguel Ángel… Es todo aquel mundo amable y perfecto que Carracci o Reni quisieron rescatar del Renacimiento para sus patronos de alta clase, recogiendo aquellos paisajes idílicos de ruinas clásicas que podemos ver en el fondo

 

 

Guido Reni

Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Guido_Reni

 

Sin embargo, y junto a este clasicismo, se encuentra Caravaggio. Lo vemos en la entonación parda que envuelve toda la escena principal, en las piernas sucias y en escorzo del campesino de la derecha, en el gusto por todo tipo de texturas (el cordero, la paja, la piel) que le dan realismo a su narración, en el ángel inferior que más que celestial nos recuerda a un pícaro de las calles romanas o madrileñas…

 

 

Caravaggio. Martirio de San Mateo

Tomado de ana-historiadelarte.blogspot.com/

 

Aún con todo aún le quedan algunos resabios del manierismo, como los ángeles que nos recuerdan al Greco, algunos colores ácidos y metalizados como el violeta de la izquierda, algunas posturas forzadas que tienen un ritmo serpentinato…(algunos de ellos presentes tanto en Carracci como en el primer Caravaggio)

 

Tomado de

 http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Juan_Bautista_Ma%C3%ADno

 

Pero además de su arte Maíno tiene que ser recordado por su carácter docente (fue el profesor de dibujo del futuro Felipe IV) y por ser uno de los protectores de Velázquez joven.

Gállego ya le dedicó un buen estudio a uno de sus cuadros emblemáticos. La toma de Bahía

 

 

Tomado de

 http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Juan_Bautista_Ma%C3%ADno

 

Encargado por el propio Velázquez para el famoso Salón de Reinos en donde el maestro pondría, entre otras, sus famosas lanzas, resulta una de las mejores telas de la serie.

El cuadro se nos muestra en tres planos, el más lejano es el puramente geográfico (muy tizianesco), el más cercano nos habla (de una forma tan moderna) de la parte menos agradable de la guerra. Huyendo de la épica nos habla del dolor, de la muerte, aunque suavemente matizado gracias a un colorido amable y brillante que siempre le caracterizó.

La gran novedad es la zona central, oportunamente girada hacia el lado derecho para captar la atención final del espectador. En ella don Fabrique de Toledo muestra un tapiz en donde aparece Felipe IV joven, coronado de laureles por el Conde Duque de Olivares y una Victoria, una clara muestra del poder de las imágenes (de la misma manera que ocurre en lo religioso), ante la cual se arrodillan los vencidos.

Es un cuadro dentro del cuadro, tema que tanto tratará Velázquez, tanto en sus primeros cuadros sevillanos como en los posteriores (Meninas, Hilanderas). Según Gállego, y al igual que ocurría con las Lanzas, este cuadro de Maíno está inspirado ern una obra teatral (de Lope de Vega concretamente El Brasil Restituido), lo que nos hablaría de nuevo de la importancia de lo teatral en el mundo barroco.

 

Podemos incluso saber qué palabras pronunciaba don Fabrique a los vencidos:

 

Más como conozco el pecho

de aquel divino monarca,

que cuando es juez severo.

sabrá ser padre piadoso

reconociendo su imperio,

desde aquí le quiero hablar,

y porque en mi tienda tengo

su retrato, mientras le hablo

pon la rodilla en el suelo

(...)

Magno Felipe, esta gente

pide perdón por sus yerros;

¿quiere Vuestra Majestad

que esta vez le perdonemos?

.

.

Para saber más

Os recomiendo los vídeos que ha realizado el Museo del Prado para su exposición, los podéis encontrar en

 

http://www.museodelprado.es/exposiciones/info/en-el-museo/juan-bautista-maino1581-1649/videos

 

Vicente Camarasa

1 comentario

Heriberto Raymundo Moreno Baeza -

Hermosa pintur portuguesa dl barroco. Los colores son muy notablesen estos trabajos, me agrada mucho este arte europeo.