EL GÓTICO COMO NECESIDAD INTERIOR. UNA EXPLICACIÓN SOCIOLÓGICA DEL ESTILO
Como decía Kandinsky, el verdadero arte nace de una necesidad interior del artista. Con ello, realmente, no hacía otra cosa que ratificar la idea-fuerza de una de las corrientes más fecundas de la Historia del Arte: la sociología del arte.
Según ésta, el arte es la expresión (metafórica o simbólica) de una sociedad, de sus relaciones económicas y de dominio pero también de su ideología, de sus necesidades y de sus certezas y miedos. Cuando estos varían, también lo hace el arte, incluso un poco antes, abriendo caminos que sólo el paso del tiempo deja ver en sus verdaderas dimensiones.
Frente a esta teoría (que deriva de una lectura del marxismo que va más allá del materialismo histórico), en el XIX se intentaba explicar el arte ya desde las personalidades singulares o (derivado del positivismo decimonónico) de los avances técnicos del momento. Así, por lo ejemplo, lo creía Viollet le Duc, el gran restaurador de las catedrales francesas.
Su idea era, en el fondo, una respuesta al mundo en el que le tocó vivir (mediados del XIX), cuando los avances materiales como el acero y el cristal revolucionaron la arquitectura. Por eso ponía la máxima atención en la dinámica de tensiones de los distintos elementos (bóvedas de crucería, arbotantes, nervios…) para explicar el origen y evolución del estilo gótico.
Sin embargo, hoy sabemos que las cosas no ocurrieron verdaderamente así, y como ya demostró Simson (La Catedral Gótica) el arco apuntado, la bóveda de crucería e incluso los arbotantes ya se habían utilizado en el románico y luego en el Císter. Lo único diferente es que los arquitectos románicos le sacaron muy poco partido a estos elementos, infrautilizándolos, pues (y regreso así al título) no existía una verdadera necesidad interior que les obligara a ello.
Monasterio cisterciense de Santa María de Huerta. Refectorio
Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Refectorio_santa_maria_huerta.jpg
Por todo ello, para entender verdaderamente por qué surgió el gótico, necesitamos saber de la nueva sociedad que lo hizo necesario.
Hacia mediados del siglo XII (y en especial en Francia) comienzan a suceder una serie de fenómenos económicos y sociales que irán cambiando poco a poco la mentalidad feudal que sustentó el arte románico.
El primero de ellos será el auge de las antiguas ciudades (burgos) gracias al aumento del comercio. Esto se debió a tres grandes fenómenos entrecruzados: desaparición de los factores que generaban disturbios y generaban una sociedad violenta y puesto a la defensiva tras el castillo feudal (vikingos y húngaros se cristianizaron, los islámicos andalusíes se fueron debilitando), el clima se mantuvo en unos óptimos climáticos especialmente beneficiosos para el centro de Europa (con menores lluvias e inviernos menos rigurosos), haciendo que la economía llegara a unos rendimientos elevados que permitieron un aumento de la población y una generación de excedentes con los que comerciar.
Tomado de http://otrocontinente.blogspot.com.
Fue así como aparecieron lugares libres de señor feudal en donde se comerciaba y se producía todo tipo de productos (textiles, cerámica, metalurgia…). En ellos apareció a su vez un nuevo grupo social que no era ni noble ni campesino, la famosa burguesía dedicada a la artesanía y el comercio.
Fragmento de la Alegoria del Buen y Mal gobierno de la ciudad. Ambrosio Lorenzetti. Finales del Trecento.
Tomada de wikipedia
Muchos de estos lugares fueron protegidos por las nuevas monarquías (Capetos en Francia, Lancaster en Inglaterra, Fernando I o Alfonso VI en España) que daban a estas ciudades unas libertades propias (fueros), que las permitían prosperar a la vez que las unían a su causa en la lucha entre monarquía y feudalismo.
En esta nueva sociedad urbana el pensamiento religioso fue poco a poco cambiando. Por una parte ganó fuerza el clero secular (los obispos) sobre el claro regular (monasterios, tan típicos del románico, como Cluny)
Por otra, la tradicional idea de la religión vista desde el punto de vista negativo (el pecado y el castigo tan típico de la ideología románica) también fue variando ante la nueva clase burguesa. A esta burguesía (especialmente los comerciantes) ya no les valía la explicación románica de Cristo como un juez (el famoso Pantocrátor), y fueron dos nuevas órdenes, urbanas y mendicantes, las que iniciaron el cambio.
Los dominicos fueron sustituyendo el famoso ora et labora (reza y trabaja) de los cluniacienses por el estudio de la religión (teología) y la preparación de sermones que les sirvieran para enfrentarse con las nuevas herejía, como los famosos cátaros.
Santo Domingo de Guzmán, creador de los dominicos
Tomado de corazones.org
En torno suyo fueron creciendo las universidades y una nueva forma de ver y analizar la realidad, la escolástica, que introdujo junto a la fe, la razón como instrumento de conocimiento.
La otra congregación del momento fueron los franciscanos, que buscaron en todo momento una nueva relación con lo divino, mucho más dulce y humana, y actuaron en la ciudad ganándose el aprecio de sus habitantes gracias a sus escuelas primarias y sus hospitales.
San Francisco Asís. Trecento. Cimabue
Tomado de http://www2.ofmconv.pcn.net/es/index.php?option=com_content&view=article&id=39&Itemid=47
Sin entrar por el momento más en el tema, estas nuevas órdenes introdujeron la fuerza de la razón y la de los sentimientos en la nueva sociedad urbana y su religión.
Unido a todo esto (tal vez por el contacto con Bizancio por medio de las Cruzadas o por un resurgir, según Simson, del neoplatonismo), se volvió a recoger la idea de Dios como Luz.
Atrás quedaban las penumbras temerosas del románico y tanto el abad Suger como San Bernardo comienzan a hablar de la Iglesia como una Jerusalén Celeste, el paraíso prometido a los buenos fieles que, tal y como se comentaba ya en el Apocalipsis, tenía sus muros realizados en piedras preciosas.
Vidrieras de la catedral de Aquisgrán
Con todo esto las condiciones necesarias ya estaban creadas, una religión más dulce, racional y luminosa hecha para un nuevo grupo social, la burguesía, fue el paso previo al gótico. Ahora sí se podían (se debían) utilizar todas las técnicas para hacer de la Catedral un lugar pleno de luminosidad, vertical y gigantesco, que reflejara al nuevo Dios que estaba naciendo en las ciudades
Vicente Camarasa
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