PEQUEÑO CURSO DE PINTURA ROMANA EN LA VILLA DE LOS MISTERIOS. POMPEYA. (1) EL PRIMER, SEGUNDO Y TERCER ESTILO
En un extremo de las excavaciones de Pompeya, fuera de sus muros, existe una de las joyas de la ciudad: la Villa de los misterios.
Típico ejemplo de las villas suburbanas del primer Imperio, une las funciones agrícolas (quedan aún excelentes dependencias dedicadas a la prensa de uvas y aceitunas) con un carácter lúdico y representativo (aunque ahora no sea así, antes de la gran erupción, la casa tenía una salida directa al mar).
Sin embargo, no queremos fijarnos tanto en la arquitectura como en la pintura, pues la casa es un verdadero museo in situ de la misma, en donde podemos encontrar magníficos ejemplos de los cuatro grandes estilos.
El primero de ellos o de incrustaciones, imita las decoraciones en mármol del helenismo, con la pared dividida en franjas y un absoluto dominio de la geometría. De él nos quedan pocos restos y en lugares secundarios, pues las modas marcaban claramente la pintura de interiores que iba siendo sustituida regularmente.
El segundo de ellos, también llamado arquitectónico lo podemos encontrar en algunos de los cubiculos y oecus de la casa. Anterior al imperio su interés fundamental era generar arquitecturas simuladas a través de un excelente dominio de las técnicas de perspectiva y claroscuro, con una excepcional representación de elementos arquitectónicos que crean efectos ilusionistas.
Sus orígenes lo debemos buscar en el poderoso influjo griego, especialmente de la pintura helenística de un Zeuis o un Apelles que tanta repercusión debieron tener en los atrezzos teatrales tardogriegos.
Según Blanco Frejeiro, será este estilo el responsable de la edificación de las grandes escenas de los teatros de la época, que reproducen en piedra la magnificencia arquitectónica de las pinturas murales.
El tercero, egiptizante u ornamental (ya propiamente imperial) abandona las grandes decoraciones arquitectónicas para centrarse en el motivo menudo. Es la época de los amorcillos, los putti, las guirnaldas … que pasarán al Renacimiento con el nombre de grutescos tras su descubrimientos en las “grutas” de la Domus Aurea de Nerón. Nosotros, en nuestro blog, ya los hemos visto aparecer en formas escultóricas en la famosa Ara Pacis.
Junto a estos motivos clásicos es significativa la aparición de otros de origen egipcio. Evidentemente esto lo deberíamos poner en relación con la conquista de esta zona por parte de Augusto tras la victoria de Accio. En el aspecto ideológico representa una apropiación sumamente aculturada de unos motivos de los que se elimina cualquier significación original para quedarse (exclusivamente) con lo anecdótico. Una frivolización de la ideología tan típica de los conquistadores, más fuertes en lo militar pero incapaces de comprender lo cultural, pues se encuentran muy por debajo de los imperios sojuzgados.
En el aspecto técnico es sumamente habitual la aparición de los fondos negros sobre los que encontramos pequeñas figuras tratadas de forma casi impresionista, con largas pinceladas sueltas y una frescura que Europa tardará casi 19 siglos en recuperar.
Son especialmente destacables por su finura y vida las representaciones animalísticas, semejantes a las que ya veíamos en la casa de Livia (Roma)
Al cuarto estilo le dedicamos el segundo post, aunque os dejamos aquí un pequeño aperitivo.
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UNA FOTOGALERÍA ENLAZADA DE PINTURA Y MOSAICO ROMANO
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