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ARTE ISLÁMICO

EL ZOCO ISLÁMICO CON MARRAKECH COMO EJEMPLO


La civilización islámica medieval llegó a un extraño grado de equilibrio entre el campo y la ciudad; el gozne que unía ambos mundo era el zoco (mercado), ya fuera semanal (en las zonas rurales o algunos especializados como el de animales, que se hacía en grandes explanadas junto a la ciudad como el Zocodover toledano, la plaza de Bibrambla granadina o la de Jemma fna de Marrakesch).

 

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LOS KASR Y KASBAHS BEREBERES

 Kasr de Ait-Benhaddou

 

Es la arquitectura más elemental del planeta: barro, paja, cañas y troncos de palmeras. Desde hace milenios se utilizaba ya en Mesopotamia, y es un verdadero lujo poderla contemplar aún en pie, más allá del Atlas, en la frontera misma del desierto del Sáhara.

 

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LA NOCHE DE LOS CALÍGRAFOS. UNA NOVELA SOBRE LA ESCRITURA DE DIOS

 

 

 

Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Caligraf%C3%ADa_%C3%A1rabe

 

En el Islam la escritura es algo más que un simple instrumento de comunicación. Para el musulmán, sea del país y lengua que fuera, la escritura en árabe clásico tiene un rango superior, pues es el idioma en el que Alá habló a los hombres, aquél que reveló la verdad del Corán al profeta Mahoma. Una verdadera escalera hacia la divinidad.

 

 

Corán andalusí

Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Caligraf%C3%ADa_%C3%A1rabe

 

Este carácter divino, unido a la tradición poética preislámica (en lo esencial nómada, que sólo puede trasladar pequeñas e imprescindibles cosas) y a la prohibición (no tan férrea como se cree) de representar figuras para evitar la idolatría, hicieron de la caligrafía todo un arte mayor en el Islam.

Se crearon entonces distintas escuelas de calígrafos que desarrollaron los dos modos principales de escritura, la kúfica (más geométrica y dura) y la nasji (de formas curvas entrelazadas)

 

 

Epigrafía kúfica. Mosaicos del mirab de la Mezquita de Córdoba

 

Epigrafía nasjí. La Alhambra.

 

Estas formas fueron utilizadas tanto en la escritura sobre papel (recogido desde los chinos en el siglo VIII) como en la arquitectura, normalmente realizada en materiales pobres que son recubiertos por completo (horror vacuii) por todo tipo de decoración, entre ella la epigráfica.

En ella se unen tres formas de lectura, según el conocimiento del visitante. La primera es puramente decorativa. Líneas que se desplazan de forma brusca o entrelazada y suave llenando largas bandas horizontales que recorren el muro. Si nos fijáramos un poco en ellas y deslizáramos los ojos por sus caminos comenzaríamos a descubrir una especie de ritmo repetitivo, una música en piedra y yeso que, en el fondo, es una de las principales (pero menos destacadas) del arte islámico.

Si supiéramos leer árabe, junto a esta función decorativa se encontraría otra iconográfica, hablándonos habitualmente de la palabra divina que lo invade todo (mezquitas pero también palacios, baños, objetos…), recordándonos la omnipresencia divina, la presencia de Allah en todos los rincones guiando al hombre en sus acciones más cotidianas (habría que recordar que la palabra Islam significa sumisión).

 

Mirab de la mezquita de Nashi Duruk. Irán. Museo de Pérgamo. Berlín.

 

Junto a ambas posibilidades habría una tercera interpretación que entroncarían con el mundo sufí (en tantas cosas parecido a la ideología zen). Estas palabras que flotan sobre los muros, su visión rítmica, la suave recitación de las mismas como si fuera un mandala, podría crear para el iniciado un estado más allá de lo sensorial que le pudiera llevar al éxtasis, el conocimiento de lo divino.

 

 

Como puede verse, la caligrafía árabe es mucho más que una simple escritura, es un arte y una forma de oración inspirada por el mismo Alá, algo tan difícil de comprender por la mentalidad occidental. Por eso os recomiendo el libro de Yasmine Gatha La Noche de los Calígrafos (Siruela, 2005), por la capacidad que tiene de transmitirnos estas sutiles sensaciones de sacralizad que tiene un cálamo lleno de tinta rasgando sobre el papel.

 

Soy el morabito (ermita) de Dios. Mi tintero nunca cesó de hablar de sus gloriosas victorias. Su Trono nunca dejó de iluminar mi papel, mi sepultura

 

La novela se centra en la vida de una mujer calígrafa en Turquía, enredando sus peripecias personales con el mundo (casi de realismo mágico) de sus sensaciones mientras escribe versos del Corán, justo en el momento en el que Turquía está entrando en una nueva fase occidentalizante de la mano de Mustafá Kemal, que insiste en la laicidad y cambia el alfabeto árabe por el occidental.

Es, además de todo, una bella historia femenina que busca la libertad sin perder sus raíces tradicionales. Algo que la imagen de la portada resume perfectamente. Una de las fotografías más conocidas de Shirit Neshath

 

 

Para saber más hay un fantástico artículo en

http://www.revistaarabe.com.ar/arte0065.asp

Y otro aún mejor sobre los tipos de letras  en

http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai1115.htm

 

Vicente Camarasa

 

 

PARA ENCONTRAR MÁS COSAS DEL ISLAM-MUDÉJAR

En Madrid se encuentran sus torrres mudéjares de San Nicolás y San Pedro

 

Sobre el origen islámico de la capital 

 

Sobre la Sinagoga y judería de Segovia

 

LA CÚPULA DE LA ROCA (Segunda Parte). El edificio islámico

 

La cúpula de la roca. Planta

Tomada de wikimedia

 

Como podéis ver la planta es claramente centralizada pues todo el interés se encuentra en el centro (La Roca). Para ello utiliza la forma octogonal que se termina convirtiendo en un círculo, creándose una serie de anillos concéntricos hacia el interior, creando un camino que luego será reforzado por la luz.

Esta idea no es nueva sino que ya había sido utilizada en el paleocristiano (Mausoleo de Santa Constanza en Roma) o Bizancio (iglesia de Sergio y Baco en la actual Estambul o San Vital en Rávena).

Con esta planta el espacio se divide en dos grandes zonas: el doble deambulatorio y la zona central de la roca, lo que no sería excesivamente conveniente para el rezo común y, como veremos en el comentario, tal vez sea, utilizado para otro tipo de ritos


 La cúpula de la roca. Exterior

Tomada de wikimedia


Al exterior el edificio se nos aparece como un equilibrio entre lo horizontal (sus deambulatorios) y la verticalidad de la cúpula.

Los materiales utilizados fueron en gran parte reutilizados (del antiguo Templo de Salomón) y más tarde recubiertos, siendo ambas características típicas de todo el arte islámico que nace realmente con esta obra.

En la parte baja del deambulatorio predomina el muro sobre el vano mientras que en el tambor (cilindro sobre el que se coloca la cúpula) es el hueco lo principal, lo cual influirá directamente en el reparto de luz interno del edificio.

 

 

Interior Cúpula de la roca

Tomada de islamicity.com

 

Al interior volvemos a observar su alzado bipartito. Junto a los muros las formas de sustentación serán columnas reutilizadas que, debido a sus diferentes tamaños, utilizarán diferentes basas para nivelar en sus alturas. De ellas arrancan arcos de medio punto de tradición bizantina que son reforzados por tirantes (en unos lugares, los más primitivos, de piedra, que han sido poco a poco eliminados en las restauraciones por elementos metálicos).


  

Tomada de almendrón 

 

 

Si se observa la planta, la zona central que habrá de sustentar la cúpula se encuentra reforzada por cuatro grandes machones (pilares cuadrados) que estabilizarán el alzado.

 

La cubierta recurre a techos planos en los dos deambulatorios mientras el centro lo ocupa una cúpula de media naranja doble realizada en materiales ligeros y sobredorada al exterior, para reflejar la luz.

 

Tomada de almendrón

 

 

Como va a ser habitual en todo el arte islámico, la decoración será fundamental a la hora de contemplar el edificio, pues no se trata de un simple embellecimiento sino que es realmente el edificio (el ejemplo máximo de esta idea será la Alhambra).

La exterior corresponde a una reforma turca del siglo XVI. Por medio de azulejos que reflejan la luz se crean formas típicamente islámicas como las lacerías (líneas que se entrecruzan) y la epigrafía (la utilización de las letras con formas artísticas pero también iconográficas, al tratarse de versos coránicos). De la construcción original queda aún el revestimiento de mármol bajo en donde se utilizan motivos geométricos

 

 

La cúpula de la roca. Detalle exterior

Tomada de almendrón 

 

En el interior encontramos mosaicos realizados según la tradición bizantina en donde aparecen joyas, coronas y decoraciones vegetales (atauriques), todos ellos con una técnica depuradísima.

 

COMENTARIO

La cúpula de la Roca tiene, al menos, tres grandes significados.

En primer lugar se encuentra el artístico, ya que se trata de la primera gran obra del arte musulmán, que hasta entonces apenas había construido estructuras de mezquitas con materiales no duraderos (Casa de Mahoma, primitivo recinto de la Kaaba).

Sin una tradición arquitectónica (el pueblo árabe tiene raíces bereberes, que eran nómadas, y por tantos ajenos a la arquitectura estable), vemos como su arte se nutre de fuentes anteriores como el paleocristiano oriental, el bizantino o el propio romano. Su genialidad consiste en unificar elementos tan lejanos de su cultura para crear un estilo propio. Este proceso se realiza a través de la subordinación de todos los elementos a la idea suprema de divinidad.

Por otra parte, su aniconismo (prohibición de realizar imágenes, heredada de los judíos) le obligarán a retomar las formas geométricas tradicionales (vegetales, lineales, epigráficas) a las que dotarán de un sorprendente sentido del ritmo, movimiento y color, siendo uno de los sellos de su arquitectura, según Marçais. Según Burckhardt, muchos de los motivos decorativos derivan de las alfombras y tejidos primitivos que portaban los beduinos en sus movimientos tanto para vestir como para realizar sus tiendas.

 

Su segundo significado sería el puramente político. Al igual que la Mezquita de Damasco, la cúpula se construyó durante el mandato del tercer omeya, Abd al Malik. Durante este momento se está produciendo la segunda fitna o guerra civil entre los llamados sunnitas (los Omeyas) y los shiítas y persas. Estos últimos estaban encabezados por Hussein, nieto de Alí (yerno del profeta), que murió en la sangrienta batalla de Kerbala. Ante la fuerte represión que se sucede tras ella, Abadía se levanta en la propia Meca.

No deberíamos olvidar, por tanto, que mientras se realizaba este monumento, en el mismo tiempo, los ejércitos de su constructor, Abd al Malik, estaban bombardeando con catapultas la propia Kaaba en donde se atrincheraban sus enemigos.

Ante ello han surgido algunas hipótesis, como la de  Kanan Makiya, que plantean la cúpula de la Roca como un templo que habría de sustituir al de la Meca, dando un nuevo lugar de orientación para el rezo. Sin llegar a tales extremos, muchos investigadores (Grabar) hablan de un interés por trasladar el peso político de Arabia a Jerusalén que les permitiría un mejor dominio de sus nuevos territorios conquistados (Palestina, Siria, Irán).

 

En tercer lugar, la cúpula de la Roca tiene un profundo sentido religioso, como ya se vio en la Primera Parte intentando dejar claro la nueva preponderancia del Islam sobre sus antecedentes judíos y cristianos. Así su colocación se sobrepone a las ruinas del antiguo templo de Salomón y, a la vez, se trata de un monumento que pretende superar a la iglesia del Santo Sepulcro cristiana que había realizado Constantino en el siglo IV.


  

Planta original del Santo Sepulcro. Siglo IV

Tomado de wikipedia.org

 

De hecho las similitudes son notables. Las dos toman una estructura centralizada para marcar una roca (la Cúpula) o el enterramiento de Cristo (Santo Sepulcro). Junto a ella se encuentra una forma basilical de varias naves que serviría como lugar de culto público y colectivo que en la Cúpula de la Roca se convertirá en la llamada mezquita de Al-Adsa


 

La mezquita de Al-Adsa

Tomada de wikimedia.org

 

Nos queda una última cuestión a analizar: la trascendencia de la obra hacia el futuro. Esta mezquita tendrá una amplia difusión gracias a los templarios (y hospitalarios) que, como se dijo en el artículo anterior, se encerraron durante nueve años en este monte. Lo más evidente es su estructura centralizada que podemos ver en obras como la Vera Cruz de Segovia o Torres del Río (en este post encontraréis todas estas formas centralizadas del románico).

 

 

 

Iglesia templaria de Eunate

Tomada de santamariadeeunate.

 

 

Planta de la iglesia templaria de la Vera Cruz de Segovia.

Tomado de http://www.jdiezarnal.com/iglesiadelaveracruz.html

 

Aunque en menor medida, el ámbito musulmán conservó estas esencias en la edificación de kubas (edificios cuadrangulares coronados por cúpula central, normalmente con usos funerario para los grandes santones) que a su vez se volvió a inflirtar en el mundo cristiano español por medio del mudéjar, como podéis ver aquí

Mausoleo de Ismail. Bujara

 

Sin embargo sus relaciones van más allá y conectan con una de las teorías más discutidas y enigmáticas del mundo templario.

Desde muy antiguo (filosofía pitagórica) se mantiene la teoría de que el verdadero conocimiento se encuentra en las matemáticas, el número y la proporción, siendo estos los instrumentos perfectos para representar lo divino. Por ello la arquitectura (sus proporciones y relaciones geométricas) puede ser en sí misma un mensaje divino.

Según la tradición las medidas del Templo de Salomón habían sido dadas por el mismo Dios y durante muchos siglos algunos iniciados (como los templarios, o los constructores góticos) intentaron manejar este mensaje geométrico para encontrar las formas de divinidad, creando recintos en los que, por su propia estructura matemática, transmitieran casi inconscientemente, la idea de Dios, purificada de cualquier tipo de imagen.

Según Burckhard, la cúpula de la Roca pertenece a esta corriente espiritual y en varios de sus libros ha intentado examinar las relaciones matemáticas de la cúpula, que une el cuadrado (la Tierra) y el círculo (el Cielo) a través de formas octogonales y estrelladas (que también aparecen en su decoración).


 

La cúpula de la roca. Sus relaciones matemáticas

Tomada de wikimedia.org

 

Según esta teoría, entrar en la cúpula de la Roca (o en cualquier iglesia templaria) significa una experiencia extrarracional que permite (a la persona iniciada) conocer directamente lo divino. Por ello, el propio autor habla que esta estructura de la Cúpula, más que pensada para grandes multitudes, se realizó para una contemplación más íntima. El visitante debería realizar una serie de movimientos circulares en torno a la Roca, acercándose poco a poco a su misterio.

Restos de esta forma cinestésica (de lo referente al movimiento) los podemos encontrar en los derviches turcos que aún hoy siguen girando sobre sí mismos al ritmo de la música o en ciertos ritos templarios realizados en sus iglesias, que eran recorridas en círculos concéntricos.

 

Vicente Camarasa

 

Para saber más

http://www.almendron.com/arte/arquitectura/islam/cap_02/islam_02.htm

(Excelente página de arte islámico)

 

http://perso.wanadoo.es/historiaweb/antiqva/simbolismo%20ascensional/index_simbolismo.htm (Una página dedicada a estudiar el simbolismo geométrico en la arquitectura antigua. Muy interesante)

 

http://perso.wanadoo.es/viajerosweb/eunate/capilla.htm (Sobre esoterismo templario en Eunate)

LA CÚPULA DE LA ROCA (I PARTE). LA TERRIBLE DENSIDAD DE LA HISTORIA POSADA EN UN ÚNICO LUGAR

 Vista General de la explanada de las mezquitas con la Cúpula de la roca en su centro

es.wikipedia.org

 

Pocos lugares en el mundo guardan memoria de una historia (y leyenda) tan densa como la ciudad de Jerusalén. Ciudad sagrada en las tres religiones del Libros (Judaísmo, cristianismo e Islam), construida y derribada varias veces en la historia y ante todo imaginada, Jerusalén es el omphalos, el ombligo del mundo para gran parte de la cultura occidental, influida por alguna de estas tres religiones.

Pero dentro de ella quizás exista un lugar que (especialmente para el Islam y el Judaísmo) sea el depositario máximo de su tradición. El monte Moriá o, simplemente, la Roca. En él fue erigida la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Adsa islámicas.

Pese a la importancia arquitectónica de ambas construcciones (las primeras del arte islámico), en el fondo se limitan a proteger con sus maravillas el Lugar por excelencia. Son los signos humanos que señalan la presencia inmemorial de lo divino, como muy bien comprendieran los templarios.

 

 

La cúpula de la Roca y sus construcciones adyacentes

http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:The_west_wall_and_the_temple_mount.jpg

 

Si hacemos caso a las tradiciones islámicas, esta Roca que protege hoy la Cúpula no sería otra cosa que una parte del trono de Allah en el que estuvo sentado mientras realizaba la creación del Mundo. Sería por tanto la Primera Tierra, el lugar original desde el que se desarrollaría toda nuestra vida.

 

 La Roca

Tomada de

http://www.almendron.com/arte/arquitectura/islam/cap_02/islam_027.htm

 

Allí mismo (según el Islam) sería enterrado el primer hombre, Adán, y mucho tiempo después, Abraham lo habría utilizado como lugar de sacrificio y sometimiento extremo a lo divino.

Según recoge la Biblia (que es aceptada por el Islam como la primera revelación, siendo los Evangelios la segunda y el Corán la tercera y última), Dios había exigido a Abraham un sacrificio especialmente penoso, el de su propio primogénito, Isaac. Ante ello el patriarca no había dudado, subiendo con él hasta la cima del monte. Una vez allí le puso sobre un altar y, cuando estaba a punto ya de matarlo con su cuchillo, un ángel descendió desde los cielos y le hizo parar. Abraham ya había superado la prueba de fidelidad a su dios y no hacía falta más.

Esta historia ha sido utilizada con mucha frecuencia en el arte, y la puedes encontrar en el ángulo superior derecho de estas famosas Puertas del Paraíso del Baptisterio de Florencia que realizó Ghiberti. La obra que hizo arrancar el Renacimiento (Quattrocento) en Italia


 

Sacrificio de Abraham. Ghiberti. Puertas del Paraíso. Florencia. Quattrocento

Tomado de

http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Ghiberti-porta.jpg

 

También entresacado de la Biblia, sucede sobre esta Roca el famoso Sueño de Jacob. En él ve una gran escalera que comunica la Tierra y el Cielo, paseado por los Ángeles, como puedes ver en la obra de un adelantado al romanticismo, el inglés W. Blake.

 

La escalera de Jacob. Blake. Hacia 1800

Tomada de

http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Blake_jacobsladder.jpg

 

Todas estas historias bíblicas terminan por tomar cuerpo en uno de los grandes templos de la Antigüedad. El famoso (y misterioso) Templo de Salomón. Si hacemos caso a la tradición fue construido por un fenicio, Hiram, al que el propio rey le proporcionó todas las medidas que Dios le había revelado.

Se trataba, según muchas tradiciones posteriores, de todo un mensaje hecho piedra en donde las distintas proporciones matemáticas no serían otra cosa que la misma esencia de lo divino.

 

Primer templo construido por Salomón. Maqueta de su posible configuración

http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:TempleJerusalem.jpg

 

En él se custodiaron, sobre un altar que se situaba sobre la parte más alta de la Roca, la famosa Arca de la Alianza. Este fantástico objeto era una caja de piedra que contenía las tablas de la Ley que Dios había dado a Moisés, y desde antiguo se lo tuvo como objeto religioso de poderes extraordinarios, que se llegó a utilizar en las batallas, pues su cercanía abrasaba literalmente a los atrevidos que se acercaban a él sin protección adecuada.

Esta tradición ha hecho pensar en un posible arca que protegía elementos nucleares (como se planteaba en Indiana Jones) que podría relacionarse con la famosa piedra del diablo que Juan de Herrera llegó a descubrir en sus experimentos alquímicos en el Escorial.

 

 

Arca de la Alianza

Tomado de

http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Folio_29r_-_The_Ark_of_God_Carried_into_the_Temple.jpg

 

Lamentablemente el templo fue destruido, vuelto a construir y derribado finalmente por los romanos en las campañas de Tito. Sólo queda de él uno de sus muros bajos, en el lateral de la Roca, llamado actualmente Muro de las lamentaciones a donde los judíos siguen acercándose hoy en día para orar.

 

 

Muro de las lamentaciones

http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Israel-Western_Wall.jpg

 

Sin embargo, la historia de la roca no termina aquí, y la tradición islámica vuelve a nombrarla como el lugar desde donde se inició el Viaje de Mahoma a los Cielos (La Escala de Mahoma), en donde conoció el paraíso y el infierno islámicos aún en vida, transmitiéndoles sus imágenes a sus seguidores.

 

 

 

Viaje Nocturno de Mahoma

Tomada de

http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Muhammad_20.jpg

 

Por si fueran pocas las historias y leyendas entrelazadas a la Roca, los primeros nueve templarios pasaron siete años en los subterráneos de la misma, sin que nunca se supiera el motivo ¿Tal vez buscar el Arca de la Alianza?, ¿estudiar las medidas matemáticas de lo divino en los restos del templo de Salomón?

 

Emblema templario

Tomado de

https://sdelbiombo.blogia.com/upload/externo-5e7efb779337c8152c7314c217073582.jpg

 

Como veis, un lugar impregnado de divinidad y tradición que los islámicos, cuando conquistaron Jerusalén, quisieron apropiarse para su religión, dándole nuevos simbolismos, como se verá en la segunda parte

 

Si queréis saber más sobre la Roca y su significado os recomiendo un excelente libro

 

La Roca. El altar de las tres culturas, de Kanan Makiya

 

 Vicente Camarasa

 

UN ARTÍCULO DE LUJO SOBRE SAMARCANDA

Un Embajador español en el País fabuloso Transoxania
Las aventuras de Ruy González de Clavijo en Samarcanda

22 de noviembre Anno Domini 1404

Por última vez, el embajador de Su Majestad Enrique III de Castilla y León está contemplando la ciudad de las maravillas donde ha visto cosas y vivido aventuras que en su patria española nadie creerá. La ciudad que allí se extiende delante sus ojos es en aquel entonces una de las más grandes del mundo y 1001 leyendas la envuelven: Samarcanda. Ayer cayó la primera nieve y todos los techos, el bazar y las madrasas están cubiertas de una blancura reluciente.

 

 

 

Sólo las inmensas cúpulas de color turquesa se erigen desde la nieve como si fueran bóvedas celestes bajadas a la tierra. Después de grabar profundamente esta imagen de bella grandiosidad en su memoria, aparta la vista y da de espuelas a su caballo para empezar el largo camino de regreso al oeste de Europa que durará más de un año.
Ruy González de Clavijo había pasado casi tres meses como embajador de Castilla en la corte del Gran Kan Timur (Tamorlán) en Samarcanda. ¿Cómo llegó un diplomático español, quien había nacido en el pueblo insignificante de Madrid, a entrar en la radiante y famosísima metrópoli del Oriente? ¿Por qué su Rey le había mandado a ese país tan increíblemente lejano que ya parecía de otro mundo, llamado en Europa "Transoxania" (hoy Uzbekistán)? ¿Cuál había sido la intención de aquella misión peligrosa?

El día 21 de mayo de 1403, Clavijo había salido del Puerto de Santa María cerca de Cádiz para abrir uno de los capítulos más aventureros e interesantes en la historia de la diplomacia del Occidente. Como le había pedido el Rey, Clavijo resumió todas sus impresiones durante el largo viaje al centro de la Gran Ruta de la Seda, escribiendo un diario que hoy constituye una de las fuentes más fidedignas y fascinantes de la historiografía de la Baja Edad Media. Hay pocas relaciones de viajes de aquella época que ofrecen descripciones tan detalladas y exactas y algunas de las observaciones de Clavijo parecen todavía acertadas hasta hoy día, para el actual país Uzbekistán.

Después de dejar atrás Constantinopla, el viaje, cada vez más penoso, les llevó a Clavijo y sus acompañantes por regiones solitarias y exóticas como el Imperio Trabizonda, Armenia, por donde pasaron con vistas al Monte sagrado Ararat, Persia, Afganistán y finalmente atravesaron el Hindukush, para acercarse a su destino. En algún lugar en Persia, los castellanos tuvieron un encuentro con una embajada del Sultán de Egipto, que también quería dirigirse mediante una misión diplomática al gran Amur Timur, Emperador del Oriente. Los embajadores procedentes de España y Egipto decidieron viajar el resto del camino juntos (también por razones de seguridad). Pero luego avanzaron aún más lentamente que antes, porque los egipcios llevaron todo un zoo consigo, destinado para servir de regalo para el Gran Kan: caballos árabes, 15 camellos, un cocodrilo y una jirafa.

El lector del Siglo XXI apenas podrá imaginarse las dificultades logísticas que ocurrieron durante el transporte o la búsqueda de alimentos para unos "regalos" tan extravagantes y vivos – en una época en la que coches de caballos eran el medio de transporte más rápido.
Es que esos regalos debían llegar vivos a Samarcanda, pero antes la extraña caravana tenía que cruzar desiertos y desfiladeros en las altas montañas. ¿Qué puede comer una jirafa en medio de un desierto sin árboles o cerca de glaciares? No lo sabemos, pero la jirafa, eso sí es cierto, llegó viva a la corte del Kan Timur para la gran alegría del mismo. El destino del pobre cocodrilo, por otra parte, quedó incierto en las nieblas de la historia.

A finales de agosto de 1404, Clavijo y sus bravos españoles y los egipcios llegaron a Samarcanda, pero tenían que esperar pacientemente casi una semana en un palacio delante de las murallas de la ciudad hasta que el todopoderoso Timur - quien hizo temblar a la mitad del mundo como antaño su lejano antecesor terrible Gengis Kan – les hiciera llevar a su residencia. El día 8 de septiembre de 1404, Clavijo entró en Samarcanda, la Perla de la Gran Ruta de la Seda. Era una ciudad que como ninguna otra avivaba la imaginación de los europeos: fundada hacia 600 años a.C. , en el año 330 a. C. la conquistó Alejandro el Magno, en el siglo VIII d. C. fue conquistada por los árabes, formando luego parte del Islam y convirtiéndose en una metrópoli de las Artes y ciencias. Pero en 1220, la estrella radiante de Samarcanda casi se habría apagado para siempre, porque delante de sus murallas apareció la amenaza más grande durante su larga historia: "el Sol de Satanás". Así contaron que Gengis Kan se denominó a sí mismo en un mensaje a los vencidos, antes de hacer matar a la mitad de todos los habitantes y construir pirámides de terror con sus calaveras y torres hechas de sus huesos.

Posiblemente, Clavijo pensó por momentos en esas sombras espantosas del pasado cuando estaba caminando al palacio de Amur Timur. Pero ahora, en 1404, Samarcanda estaba renaciendo de sus ruinas, mucho más grande y soberbia que jamás. Clavijo notó impresionado: "Samarcante... es más grande que la ciudad de Sevilla" estimando el número de habitantes con 150.000. Con frecuencia, a pesar de un lenguaje exacto y estilo más bien prosaico, su relación revela su asombro perplejo ante los grandiosos monumentos de la época de Timur, recién construídos o en proceso de construcción durante la visita del embajador castellano. Naturalmente, Clavijo había conocido los espectaculares monumentos árabes o mudéjares de su patria: el Palacio de la Aljafería en Zaragoza, la Gran Mezquita de Córdoba, el Alcázar en Sevilla o la Alhambra en la todavía islámica ciudad de Granada. Todos edificios únicos.

Sin embargo, al leer el diario del viaje de Clavijo, se transmite una fascinación que ya no encuentra palabras cuando intenta describir los palacios y mezquitas de Samarcanda: los numerosos mausoleos de cúpulas turquesas de la necrópolis Scha -i-Sinda, erigidos durante los Siglos XIII – XV, el pomposo mausoleo Gur-i-Emir con su imponente cúpula de azulejos y la inmensa Gran Mezquita de Bibi Hanim.


(Necrópolis de Scha-i-Sinda)


Clavijo siempre repite en su descripción detallada de esos edificios que la combinación dominante de colores es la de azul y oro (en los interiores) y a veces, incluso ese prosaico diplomático castellano interrumpe bruscamente su relación con las palabras sobrecogedoras: "y mucho más de hermosura había que no se podía describir
A veces se trata de una hermosura frágil. Como en el caso de la Gran Mezquita Bibi Hanim. Es una de las pocas mezquitas del Islam que lleva nombre de mujer: Timur la hizo edificar en honor de su esposa favorita. Ese templo se convirtió en un monumento de genial megalomanía con el que Timur quiso superar todas las mezquitas construídas hasta aquel momento. Hizo venir arquitectos de Persia e India para que construyeran aquí la mezquita más grande del mundo. El primer edificio de Bibi Hanim fue derrumbado por orden de Timur, ya que le parecía "demasiado pequeño". Luego, esa mezquita titánica se concluyó en el tiempo récord de tan sólo 5 años (1399 – 1404), pero ya inmediatamente después de la conclusión de las obras, el edificio empezó derrumbándose poco a poco – las bóvedas y cúpulas eran demasiado grandes y los frecuentes terremotos aceleraban el proceso de destrucción. Bibi Hanim, esa mezquita gigante que ahora están reconstruyendo lentamente, tuvo 500 columnas, una superficie de 130 x 102 metros y cuatro cúpulas inmensas y el portal de entrada tiene una altura de 35 metros.

 

 

 

Raras veces un hombre se siente tan pequeño e insignificante como en el momento cuando entra por ese portal, mirando tímidamente hacia arriba. Causar esa sensación era la plena intención de los constructores. Pues Timur, "la espada del Islam" (como fue llamado a veces), siempre dijo: "¡Los que cuestionan nuestro poder que contemplen nuestros edificios!".

Mezquitas como demostración del poder. Toda la pomposidad grandiosa que Clavijo vió a lo largo de su camino al palacio de Timur, debía intimidar a los visitantes del Gran Kan: una alameda sin fin, una cúpula turquesa después de la otra, cada vez más altas e impresionantes
Y al final el palacio de Timur, el temido y todopoderoso, casi semejante a Dios. Amur Timur, a veces llamado "El Cojo" por una herida en el pie, había nacido como lejano descendiente de Gengis Kan por el lado materno, y sus antepasados se habían convertido al Islam. Desde 1366 reinó en Samarcanda – ciudad en la que hizo reconstruir lo que el "Sol de Satanás" había destruído y la que convirtió en la capital más esplendorosa de su época. Como conquistador, sin embargo, fue cruel y obsesionado por el poder – un poco similar a su antepasado Gengis Kan. En tan sólo tres décadas y mediante conquistas rápidas y sorprendentes, logró fundar un imperio gigantesco que se extendió por el país actual de Uzbekistán y todas las regiones de la Asia Central desde el Cáucaso y el Sur de Siberia hasta Persia y Afganistán, conquistó también Delhi, Bagdad y Damasco, sometiendo Siria, la mitad norte de la península árabica, así como todo el norte de la India a su gobierno. Timur llegó a ser el soberano más poderoso en Asia, venció a Totamix, el Kan de la Horda Dorada y planificó un ataque contra el Emperador de China. Finalmente, venció a los otomanos en la batalla de Ankara. ¿Qué estaba sintiendo Clavijo al acercarse paso a paso al centro de poder de ese soberano global?

¿Estaba pensando en los cuentos espeluznantes en los que Timur – parecido a Gengis Kann – hizo construir pirámides de espanto con las calaveras de sus enemigos vencidos delante de las puertas de ciudades conquistadas? ¿O se trataba sólo de leyendas propagandísticas contadas por sus enemigos? Posiblemente, Clavijo estaba lleno de expectativa, esperando la pompa fabulosa de la corte, ya que Timur no sólo era un conquistador temido, sino también famoso por su generosidad como mecenas y convidador. Lo más probable era que el embajador español estuviera pensando en el éxito de su misión: lograr una alianza entre Castilla (o los reinos europeos en general) y el gran Timur contra los turcos otomanos para frenar el avance amenazante de aquellos en Europa.

Es que Timur fue el único gobernador quien había vencido al Imperio Otomano, una amenaza permanente para Europa. Siendo un buen diplomático, Clavijo naturalmente se calla con respecto a su misión, no nos cuenta nada explícitamente sobre el éxito o fracaso del plan político que le llevó a Samarcanda. Pero nos ofrece una descripción detallada del ceremonial de la corte.

Como todos los otros visitantes, se acercó al Gran Kan mediante un ceremonial complicado y lento, después de un sinfín de inclinaciones con los brazos cruzados, genuflexiones y otras muestras de reverencia. ¿Qué podría haber pensado Clavijo durante esos rituales de reverencia? Quizás estaba preocupado porque sus regalos para Timur eran más modestos que los de los egipcios.

Pues, en vez de un zoo con camellos y jirafa sólo podía ofrecer ricas telas y dos halcones. Cuando llega finalmente al trono del Kan, la primera impresión pudo haber sido decepcionante, porque el temido conquistador de la mitad del mundo conocido ya estaba viejo y enfermo, un par de meses más tarde iba a morir.

 Pero a pesar del reconocimiento un tanto tranquilizador que incluso los más poderosos de la tierra tienen que someterse a la ley de la transitoriedad de todo lo humano, el embajador castellano se habrá sentido muy inseguro durante ese primer encuentro. Primeramente, porque notando la enfermedad grave de Timur, tenía que dudar el éxito de su encargo. Pero también porque nadie le habrá explicado bien la etiqueta del palacio en "Transoxania". ¿Cómo pudo saber que en la corte de Timur no se besa la mano o el anillo del soberano al saludarlo? ¿Alguien le advirtió que en Samarcande se esperaba de los visitantes que tomaran un baño antes de ser recibidos en el palacio? Pues, los cristianos de la Edad Media no estaban acostumbrados a tanta higiene oriental y tomaron personas que se lavaban con frecuencia por " sospechosos ", ya que sólo judíos y musulmanes solían lavarse cada día. ¿Le habían dicho antes a Clavijo que tenía que acostumbrarse a comer carne de caballo y beber litros de leche de yeguas?

No obstante, a pesar de todos los posibles malentendidos que podían haber causado dificultades durante los primeros encuentros con el Kan, Clavijo pronto se siente muy mimado en Samarcanda. En la corte, le trataron muy bien, el gran Timur manda darles muchos regalos y vestiduras como para reyes a él y sus acompañantes, y casi cada día, los invita a banquetes. Mientras que el tiempo esté bueno, los españoles son invitados a un entoldado pomposo en el jardín. Clavijo menciona, no sin orgullo, en su diario que el Gran Kan dió la orden de dar un asiento elevado a los embajadores españoles de su "amigo Enrique" para destacarlos entre los visitantes, mientras que los embajadores del Emperador de China fueron humillados, ya que tenían tomar asiento en el lugar más bajo

Realmente divertidas en el diario de Clavijo resultan las descripciones de juegos organizados para los ilustres visitantes durante las fiestas. Especialmente entretenido es el espectáculo de la "carrera de elefantes". Primeramente, los chicos de Samarcanda juegan con los elefantes, vistiéndolos. Luego tiene lugar la carrera de esos elefantes de la India, adornados de ricas telas. Lleno de admiración, el embajador castellano nos habla de los bazares de Samarcanda, la seda y las especias exóticas que se encuentran allí, también le impresionan los baños públicos y las modernas instalaciones de riego que hacen florecer los "jardines del paraíso".

De hecho, Clavijo debe haberse sentido como en el paraíso, porque el segundo día, le invitaron a una gran fiesta con banquete y espectáculos. O se trataba de una fiesta oficial en su honor, o le invitaron a una de las numerosas bodas. Pues, cada tres o cuatro días se casó alguno de los hijos, hijas, nietos o sobrinos de Timur y la vida en Samarcanda parecía toda una fiesta. Y los temores de los europeos que en el imperio del protector del Islam debían echar de menos disfrutar del vino no eran nada acertados. Clavijo no sólo se asombró de las toneladas de asado de carneros que se comían durante aquellas fiestas, sino también quedó impresionado por las cantidades de vino que tomaron. Antaño como hoy día, Uzbekistán parece ser el país islámico donde más vino se bebe. A veces, Timur mismo mandó un "emborrachamiento colectivo" con algún motivo festivo. Todos los presentes, especialmente los embajadores extranjeros, brindaron por Timur y su familia y tuvieron que beber bastante.

Con la llegada del invierno se terminó de repente el tiempo paradisíaco de los banquetes, porque Amur Timur se ponía cada vez más enfermo, estaba ya moribundo. Su sepultura ya estaba preparada., ya que el mismo había mandado la construcción del pomposo mausoleo Gur-i-Emir, casi concluído. Clavijo observa que los obreros trabajan día y noche sin pausa para concluir la cúpula del mausoleo, así como la Mezquita Bibi Hanim, para terminar las obras lo más pronto posible.

 

 

Construída más tarde por sucesores de Timur: la Plaza Registan con las madrasas de Ulugh-Bek (izqa., 1420), Shir-Dor (dcha., 1636) y Tilla Kari (1660)

El soberano que hizo temblar a mitad del mundo, pero también construyó una ciudad fantástica que ya no parecía de este mundo, murió sólo dos meses después de la partida de Clavijo el día 14 de enero de 1405. Su sarcófago se encuentra hoy debajo de la cúpula dorada de Gur-i-Emir.

El día 22 de noviembre de 1404, Clavijo y su equipo se despidieron de Samarcanda. ¿Había tenido éxito su misión? Pensando en dimensiones políticas, habrá que decir que no, ya que no había ninguna guerra común de Timur o sus herederos y los reinos europeos contra los otomanos. La súbita muerte del Kan impidió una alianza oficial entre Toledo y Samarcanda. Sin embargo, ese contacto diplomático entre España y Transoxania (Uzbekistán) es uno de los más interesantes y poco conocidos episodios de la Baja Edad Media.

 

 

(Exterior e interior de la mezquita de Tilla Kali)

Sin duda, ya 600 años antes, Clavijo quedó fascinado por el pensamiento que también en el año 2004 domina las impresiones de cada visitante de Samarcanda - la periodista Ina Tkatsch lo resumió tan acertadamente: "Uno camina como un sonámbulo por tanta grandiosidad que puede ver en esta ciudad."

Texto + Fotos: Berthold Volberg

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