EL PENSADOR DE RODIN. UN MODERNO MUY CLÁSICO (Cuarta parte y final)
Si, una vez más, nos fijamos en el Pensador, descubriremos la modernidad de su tema, sin conexión con la religión o la mitología. Rodin renuncia a ponerle ningún tipo de ropajes literarios para representar a un hombre, como Manet utilizará a unas prostitutas y unos simples burgueses en vez de dioses del Olimpo para su famoso Desayuno en la Hierba.
Sin embargo, fijaros en la postura de su mano sobre la cara. ¿No os suena de nada?
Éste es el famosísimo grabado de Durero, la Melancolía
Ya Panofsky puso en relación ambas obras en su obra Nacidos bajo el signo de Saturno. Hablaba de que esta postura era la forma iconográfica de expresar el temperamento melancólico, el que prefiere recordar a actuar, atrapado en un mundo neoplatónico donde la realidad es un puro espejismo y sólo existe una verdadera visión interior.
Esta interpretación se extendería a una obra que hace poco comparábamos con Rodín, el retrato de Lorenzo de Medici de Miguel Ángel.
Tomado de ataifores.blogspot.com.es
Sin embargo, otros autores han intentado otra explicación iconográfica. Quizás la más atrevida y sugerente ha sido la de Chastel (El gesto en el arte), el llamado signo harpocrático: la mano o el dedo sobre la boca para representar el silencio que debe mantener un sabio, no comunicando sus saberes más que a aquellos elegidos que sepan hacer buen uso de ellos.
Esta idea se origina en la doctrina gnóstica egipcia y muy pronto pasará al gnosticismo helenístico y cristiano que pretenderá una lectura simbólica de los evangelios.
Harpócrates egipcio
Tomado de http://www.davidicke.com/forum/showthread.php?t=24416&page=4
De ser cierta esta teoría habría que leer de otra manera la propia obra de Durero, Miguel Ángel y, por supuesto, Rodin. Ya no se trataría de una imagen arquetípica del hombre como razón sino de una verdadera advertencia sobre los peligros de la razón y su comunicación a los demás, lo cual no estaría realmente muy lejos de algunas obras maduras de Rodin, llenas de un profundo simbolismo, como las dos famosas manos llamadas La Catedral.
Menos mal que Rodin era moderno
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Vicente Camarasa