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sdelbiombo. Una mirada artística al mundo

LA ESTÉTICA ZEN. IDEAS PARA MEDITAR

AVISO. El artículo que tenéis aquí no es para leerlo, sino para pensarlo, pero sin hacerlo. Quizás, mejor que leerlo, sería más provechoso que os mirarais por dentro. Pues acaso nada se entienda, y entonces estaréis en el buen camino. El que avisa no es traidor

 

Gran parte de la estética de las artes orientales se basa en dos tradiciones que terminaron casi por confundirse. Por una parte el taoísmo de Lao Tse y por otra el budismo (de origen hindú) en su vertiente zen.

Reduciéndolo a lo más básico el Tao (Camino) pretende ser más una filosofía personal que una religión, pues su objeto es el hombre y su conexión con el misterioso dao o tao, imposible de definir (pues su propia definición lo destruiría), utilizándose metáforas, ejemplos y aproximaciones. Se trataría de una especie de aliento vital que se encuentra en todas las cosas del Universo, unificándolas. Esta fuerza (Lucas se basó en este tipo de conceptos orientales para crear su famosa fuerza de la Guerra de las Galaxias, o sea, que alguna tendrá mucha ventaja) mantiene cohesionado el Universo, y de ella también participamos los hombres.

Pero este tao no es algo estático, definido, cerrado. Por el contrario, sólo surge del constante interactuación de los contrarios (el famoso yin yang  que explicábamos en Klein). Es, por tanto, un proceso que tiende a la armonía pero que cambia constantemente, pues sino desaparecería.

Bajo estas ideas los taoístas pretenden que el hombre busque el tao y se adapte a él. Este proceso requiere que el hombre no se tenga como ser único, sino que se diluya en el universo, en el vacío. Es por ello por lo que la naturaleza tiene tanta importancia para el arte oriental, el es objeto final de su búsqueda.

 

Paisaje. Shitao. Siglo XVII

Tomado de http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/34/Shitao04.jpg

 

Quizás quede más claro con un típico ejemplo taoísta. Frente a un huracán el árbol, firmemente asentado, puede ser derribado, pero no el junco, pues este se dobla, se adapta al viento para seguir siendo.

 

En zen (que partía de ideas cercanas a las ya expuestas) añade especialmente dos grandes novedades. Por una parte, y basado en la idea de eliminar el sufrimiento budista, quien nada tiene, nada teme. Dicho en otras palabras, nuestros deseos son los culpables de nuestros miedos, ya sea por no conseguir lo que queremos ya por temor a perder lo que ya tenemos. Por eso el budismo aconseja el no ser.

Esto resulta especialmente complicado para las mentalidades occidentales, basadas en el culto a la personalidad, el éxito, el individualismo. Nos asombramos ante la idea de que la máxima felicidad sería perdernos en el todo, ser nada. También nos resulta difícil admitir (y esto en arte contemporáneo ocurre mucho) que cuanto menos, mejor. Es más bello aquello que tiene menos, como los cuadros suprematistas de, de Malevich (muy influido por el zen). El vacío frente a lo lleno; oriente contra occidente.

 

Malevich. Círculo negro.

Tomada de http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Black_circle.jpg

 

Por otra parte, el zen plantea una serie de métodos para conseguir esta unión del hombre con la nada (o con todo, es lo mismo). Desde la meditación, los mandalas, la música, el koan , las artes marciales, la ceremonia del te, los jardines zen…

Todos ellos parten de una idea clave. El tao no es conocible por medio de la razón y sólo la intuición, las largas horas de práctica, consiguen acceder a la iluminación (el satori japonés, el nirvana budista o, como ya decíamos en los koan, el éxtasis religioso).

Por tanto, cuanto menos pensemos más cerca estaremos. Por eso los maestros gustan de poner estas preguntas ilógicas a sus alumnos o contestar con frases sin sentido ante sus preguntas. Pues te pueden señalar donde está el camino, pero nadie puede andarlo por ti. Es necesario que el alumno avance, se tropiece, se pierda… para al final encontrar el camino, que es un puro estado emocional.

Aunque esto os pueda parecer difícil e incluso un poco estúpido, por favor, pensad en una cosa. ¿Cómo se ama, que es el amor, alguien os podría enseñar a amar? Esta experiencia que todos conocemos pero cada uno experimentamos de una manera distinta hemos de aprenderla por nosotros mismos, ningún libro nos enseñará.

Por todo esto, para la estética oriental es casi más importante el proceso que la meta final, y acaso una pintura no esté terminada o sea abstracta, como ocurría en Kandinsky, para que el espectador encuentre su propia pintura o, unos simples gestos sobre el papel serían tan importantes, como podéis ver en esta pintura de Kline, un americano del expresionismo abstracto muy influido por el pensamiento oriental

 

Kline. Número 2.

Tomado de http://www.harley.com/art/abstract-art/kline.html

 

 

Y por el momento nada más. Demasiadas cosas llenan ya este artículo para ser oriental. Sólo una frase que os puede servir para pensar sobre muchos de los temas expuestos (la Naturaleza, lo cambiante y efímero como lo verdadero, la nada o el vacío o el silencio

 

Una fuerte nevada desaparece en el mar. ¡Qué silencio! (Dicho zen)

 

Vicente Camarasa.

 

3 comentarios

Horus -

¿Acaso hay algo al rededor que no representemos con una idea? para comprender el zen, hay que meterse en el vacío. Esperando que los ríos vuelvan a ser ríos y las montañas montañas.

Cris Xococrispip! -

Todo este pensamiento oriental...No logro comprenderlo del todo...Tiene que ser muy aburrido estar toodo el día meditando,mirando la naturaleza...Imposible para mí!!jajaj
Pero es interesante el pensamiendo oriental y muy curioso...

Guille -

Por esta zona...choca demasiado...imposible de dejar el individualismo y el hedonismo...¿ser nada? pfff..