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Carta a una chica de ciencias (Sobre Rothko)

Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Mark_Rothko

 

Querida Andrea.- No sabes cuánto me ha reconfortado tu e-mail acerca del entusiasmo que has sentido al ver, en diversas revistas y suplementos culturales, alusiones a la exposición, en la Fundación Miró de Barcelona, del que sé muy bien que es tu pintor favorito: Mark Rothko (1903-1970)

Quiero prevenirte de que, en estos días, es muy posible que tropieces con más de un listillo que acabe de aprender el nombre del que es uno de los mitos del Expresionismo Abstracto Americano, y te hable de él con una familiaridad asombrosa, pronunciándolo correctamente, algo así como "urotkou", pero bien dicho. Hace uno o dos años nos pasó lo mismo con Jackson Pollock , a raíz de la exposición del MOMA de Nueva York, y, algo más atrás, con Joseph Beuys , cuando la exposición del Reina Sofía. Con este último, lo que me ponía frenético era que, unos cuantos neófitos que acababan de tener la primera noticia de su existencia, me restregaban mi ignorancia de lenguas pronunciando, con gran elevación de mofletes y notoria prominen­cia bilabial, algo así como "Boois", cuando yo, que durante años, sólo pude ver escrito el nombre del gran artista conceptual alemán porque jamás oí a nadie hablar de él, siempre lo había pronunciado como se escribe, y así sigo.

Como puedes suponer, el motivo de mi carta es la actualidad de Mark Rothko y el recuerdo de París como lugar de encuentro con su pintura, hace un par de años. Fue Vanesa quien vio, en una estación de Metro un cartel anunciador de la exposición. La decisión fue rápida. Unos cuantos incondicionales, a costa de perder la navegación por el Sena, caminamos deprisa, hasta el Museo de Arte Moderno y conseguimos llegar cuando estaban a punto de cerrar. Poco después nos encontrábamos entre las obras de Rothko, respirando el misticismo que parecía emanar de sus inciertas superficies. Teníamos tan sólo veinte minutos para ver la exposición; quizás por eso fue todo tan intenso. Mientras unas azafatas decididamente desagradables iban apagando las luces tras nuestros pasos, creo que conseguimos vivir momentos de verdadera emoción estética.

Me fijé en que habías entendido muy bien el porqué del gran formato de los cuadros de Rothko. Él mismo decía a este respecto: ‘La razón por la que yo pinto cuadros grandes es precisamente porque quiero ser muy intimista y humano. Pintar un cuadro pequeño es situarse fuera de la propia experien­cia. Cuando pintas el cuadro más grande, te metes en él. No es algo que tú domines’. Yo veía cómo te ponías delante del cuadro para que el cuadro te dominara, para dejarte devorar por él.

 

Tomado de http://aprendersociales.blogspot.com/2007/05/analizar-una-obra-de-mark-rothko.html

 

Cuando aquella inmensa azafata vestida de azul observó, atónita, cómo permanecías en el aire, a un palmo del suelo, se desplomó en silencio, pues sus formas redondeadas evitaron que hiciera ruido. Seguimos como si nada. No era cosa de romper el hechizo. Todos encontramos tu levitación como la cosa más natural; casi lo estábamos esperando. Al día siguiente, en el Museo D’Orsay, no eras capaz de sentir nada ante las obras de los impresionistas. Me pareció que era el precio por haber conseguido lo más difícil.

Decía Rothko que sus cuadros representaban ‘presencias capaces de comprender el todo’. Tú fuiste capaz de comprender lo que expresaban aquellas superficies lisas de aspecto traslúcido, ‘la expresión simple del pensamiento complejo’ en palabras del propio pintor. Aunque seas una chica de ciencias, donde decía Ortega que el signo es recóndito pero el significado es evidente, conseguiste captar plenamente el recóndito significado de la pintura a partir de la evidente simplicidad de la superficie coloreada. Allí debiste ver ‘los símbolos de los pri­mitivos temores y motivaciones del ser humano, las emocio­nes fundamentales del hombre, la tragedia, el éxtasis, el destino’. Por eso la naturaleza debió confabularse contigo y olvidó por unos instantes sus leyes.

Recuerdo que lo que más os impresionó fue la claridad con la que los cuadros iban anunciando la propia autodestrucción del artista y el final de la exposición.

Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Mark_Rothko

 

Uno de tus compañeros, al salir, dijo ‘esto sí que se podría llamar una experiencia religiosa’, y fue entonces cuando os expliqué cómo Rothko, cuando supo que unos cuadros que acababa de vender se colgarían en el restaurante For Seasons, deshizo el contrato de venta porque no podía soportar que aquellas obras estuvieran ‘entre el ruido de los tenedores’. Donde la pintura de Mark Rothko se integra en un ambiente trascendente, a la vez que lo potencia, es en la Capilla del Instituto de la Religión y Desarrollo Humano de Houston.

 

Capilla del Instituto de la Religión y Desarrollo Humano de Houston.

Tomado de http://darkwasthenight.blogspot.com/2007/07/art-and-synesthetic-rothko-chapel.html

 

Pensaba yo que es bueno que la gente conozca a Rothko, pero siento como si perdiéramos nuestro absurdo orgullo de iniciados. No temo, sin embargo, que pueda llegar a ser popular hasta el punto de trivializarse y perder todo su sentido.

 

Para saber más

http://alojamientos.us.es/fedro/numero7/ruben.html

http://aprendersociales.blogspot.com/2007/05/analizar-una-obra-de-mark-rothko.html

 

Jesus Mazariegos

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