IGLESIA DE SAN KUNIBERT. COLONIA
Esa basílica románica que lleva el nombre de un canonizado obispo de Colonia del Siglo VII fue construida a partir de 1210 y terminada en el año 1247, siendo la más joven de las doce iglesias románicas de Colonia. Como todas (menos Santa María Lyskirchen) tuvo que ser reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial. No obstante, todavía guarda algunos tesoros de su decoración original y hoy se presenta sin las poco adecuadas añadiduras barrocas.
San Kunibert tiene tres torres, siendo la mayor la torre que domina la fachada oeste, mientras que las dos torres del lado este enmarcan la galería renana del coro.
La galería renana son los arcos superiores, poco profundos
El exterior de la iglesia parece algo austero, debido también al hecho de que toda la fachada oeste tuvo que ser reconstruida por completo. Se entra por un portal con una puerta de bronce moderna, pero interesante.
En el interior, sorprende la luminosidad y lo primero que llama la atención son las vidrieras – muy grandes para una iglesia románica (las de la fachada del oeste serán más grandes que las originales). Sin duda, el tesoro más grande de esa iglesia majestuosa son las auténticas vidrieras románicas de 1230 que se encuentran en el ábside del coro de San Kunibert y pertenecen a las más antiguas de Alemania. Muestran la leyenda de San Clemente, el árbol genealógico de Jesús y Santa Úrsula, la santa coloniense más popular. Otra obra maestra de la decoración original son las dos esculturas monumentales del Siglo XV que forman el grupo de la Anunciación y están fijadas a las dos columnas que enmarcan la entrada al coro.
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Quedan restos de los frescos medievales en distintos estados de conservación: los del baptisterio al lado izquierdo del coro parecen lamentablemente bastante deteriorados, mientras que los del coro se han conservado mejor.
Recientemente, han instalado una cámara trasparente como relicario cerca de la entrada. Ese relicario contiene interesantes bustos (góticos y originales en su mayoría) de santos que guardan reliquias.
Texto: Berthold Volberg. Fotografías Thomas Jaeckel
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