LOS TIEMPOS DE CARLOS IV VISTOS POR GOYA
Familia de Carlos IV. Goya
Tomado de
Decía Rosenblunt que este cuadro es la mejor representación del Antiguo Régimen en sus últimos estertores de muerte, la imagen de un mundo vacío a punto de derrumbarse. Siguiendo esta línea, otros autores no se llegan muy bien a explicarse cómo pudieron aceptar los propios reyes un retrato tan crítico, que les presentaba de forma tan cruel en sus propias miserias. Pues si lo observáis con un poco de atención podréis ver a Carlos IV (a la derecha, más adelantado) tan bonachón como poco inteligente y manejable. Muy cerca de él, ocupando el centro, se encuentra Maria Luisa, verdadero motor de la monarquía que no deja ninguna duda (tal y como agarra a sus hijos) sobre quien lleva los pantalones en la Corte. Podemos ver incluso el futuro carácter huraño y egoísta de Fernando VII (cerca del cuadro, vestido de azul).
Detalle
Junto a estos personajes aparecen otras figuras de la familia, el propio Goya escondido tras un cuadro o una curiosa mujer con la cara vuelta al fondo que no era más que un truco que nunca terminó de hacerse. En aquellos momentos Fernando (príncipe de Asturias y futuro sucesor) aún no tenía prometida oficial, y se le puso junto a él a una mujer sin cara visible que, con el tiempo habría de ser pintado cuando realmente existiese. Pero los acontecimientos históricos (La guerra de Independencia contra los franceses) y personales (la cada vez mayor enemistad entre Fernando VII y Goya) hizo que este cambio nunca se produjera quedando para la posteridad la imagen de una mujer sin rostro, perdida entre el claroscuro de la historia.
Sin embargo, el cuadro aún esconde otro secreto de estado. Pese a ser el retrato de la familia real, falta verdaderamente la figura que mantiene las riendas del poder a finales del siglo XVIII: Manuel de Godoy.
Como ya había ocurrido en el siglo XVII, Carlos IV, falto de carácter, tuvo también un valido, Godoy, un hombre de oscuro pasado que escaló los peldaños de la corte a una velocidad de vértigo desde simple guardia de corps (especie de guardaespalda) a valido. En esta carrera quizás tuviera mucho que ver las escandalosas relaciones que el pueblo siempre le atribuyó a Godoy con la Reina Maria Luisa, convirtiéndose en su favorito personal antes de ser el favorito del rey.
De carácter soberbio y despótico, dominó la escena española en uno de los momentos críticos del siglo, con la Revolución instalada en Francia y la posterior alianza franco-española contra Inglaterra firmada en San Idelfonso.
Fruto de ella será la famosa guerra de las Naranjas contra Portugal (aliada de Inglaterra), que recibe este nombre del ramo de naranjas que Godoy hizo llegar a la reina desde Olivenza (la única plaza que se tomó de Portugal).
Como forma de glorificación, Godoy encargó a Goya este retrato en donde el pintor demostró, una vez más, su crítica implacable ante los modelos. Una actitud valiente que arrancaba de Velásquez y Rembrandt
En la que el pintor no sólo refleja la realidad sino su propia visión de la misma, subjetiva, cargada de cariño o ironía, que le convierten en el primer retratista moderno que ya no se deshace en elogios ante su mecenas, sino que lo plasma con toda su verdad, esta vez bastante terrible. Miradlo sino por vosotros mismos
Godoy como vencedor de la Guerra de las Naranjas. Goya
Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Manuel_Godoy_Spain.jpg
En un próximo artículo analizaremos técnicamente el cuadro de la Familia de Carlos IV.
Vicente Camarasa
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