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sdelbiombo. Una mirada artística al mundo

Hispania en el I Milenio

FENICIOS Y ROMANOS EN BARIA, VILLARICOS, UN DESASTRE ARQUEOLÓGICO Y TURÍSTICO


Baria es una ilustre desconocida en nuestra arqueología, y no por falta de méritos, pues en ella se unen una necrópolis púnica, fábricas de salazones y garum púnico-romana, poblados mineros de origen fenicio como el cercano Cabezo de las Herrerías, griegos, cartagineses, restos bizantinos, acaso visigodos … Realmente inconcebible que tan amplísimo patrimonio se encuentre en un estado deplorable, ya sea vuelto a tapar, o sin las excavaciones oportunas o, simplemente, cuidadosamente cercado por una verja. Todo ello sin la más mínima indicación de lo que en otros lugares sería el centro turístico por excelencia de toda una zona.

Aparte de estas razones, y tras búsquedas llenas de desalientos, he conseguido conocer y fotografiar algunos de los restos visibles.

Villaricos fue fundado por los fenicios en torno al siglo VII a C. con el nombre de Baria. Situado en una posición estratégica contaba tanto con amplios recursos pesqueros (almadrabas para capturar el atún en sus migraciones anuales), de comunicación (el propio lecho del río Almanzora) como mineros (plata, plomo e hierro en la Sierra Almagrera).


Tomado de http://trahistant.blogspot.com

Quizás lo más impactante es su necrópolis, con su buena puerta de acceso… siempre cerrada. Sin embargo, si tenemos la paciencia de ir recorriendo la valla subiendo y bajando cuestas (y un buen, magnífico, zoom en nuestra cámara) encontraremos a lo lejos este conjunto de hipogeos (recientemente utilizados como cuadras de ganado!!!!!)

La puerta cerrada y…


... todo vallado


Junto a ellos (y como ya descubrió Siret ¡A finales del siglo XIX!) se encontrarán (espero que enterrados) otras formas de enterramientos como cistas, tumbas… (dos mil sepulturas y alrededor de cincuenta hipogeos) y numeroso material ¿en qué museo expuesto? (Yo sólo he encontrado estas dos piezas en el Museo Arqueológico Nacional)


Cipo funerario

Huevo de avestruz pintado, parte de un ajuer funerario.

Un poco más abajo, junto a la mismísima playa, nos encontramos con los restos (la mayor parte bien enterrados y sin ninguna referencia) de una factoría de salazones púnica romana de la que sólo es visible una de las piletas de elaboración del famoso gárum.


El resto, enterrado bajo estos montículos

Excavación en curso (2010)

Excavación en curso (2010)

Hay decenas de ellas, aljibes, mosaicos, pinturas, todas perfectamente camufladas tras el intento, afortunadamente fallido, de crear bloques de apartamentos sobre ellos. Toda la polémica y las fotos que aparecen a continuación se encuentran alojadas en una plataforma vecinal de defensa del patrimonio, Unidos por Baria que os invito a visitar para ver la consideración que tienen nuestras autoridades por el patrimonio arqueológico y su posible potencial turístico, más allá del franquista sol y playa (así como las posibilidades de expolio por parte de desaprensivos y negociantes de nuestro pasado)

 

 

 

 

Para saber más

http://villaricosexiste.org/?opcion=portal_principal_historia

http://www.arqueomas.com/peninsula-iberica-tartessos-necropolis-de-villaricos.htm

Templo de Astarté en Baría

http://interclassica.um.es/var/plain/storage/original/application/4890efa5ea0b75d24215c44a34dd16b1.pdf

http://herakleion.es/martin%20ruiz.pdf (Estelas fenicias en España)

El poblamiento rural fenicio en torno al río Aguas

SANTORCAZ (Primera parte). EL LLANO DE LA HORCA. LOS MADRILEÑOS DEL PRIMER MILENIO ANTES DE CRISTO

Conocido desde antiguo, en los últimos años este yacimiento está proporcionando hallazgos tan interesante que ya se piensa (cuando se termine de excavar) en convertirlo en Parque Arqueológico.

Y no es para menos, pues es la primera evidencia arqueológica completa de los carpetanos, pueblos prerromanos que ocuparían la actual comunidad de Madrid

Tomado de la Historia con Mapas 


Muy cercano al pueblo su situación es estratégica, como rápidamente puede observar el visitante nada más acceder a ella. A sus pies tendrá el valle del Henares, una parte importante del valle del Jarama e, incluso, al fondo, podrá encontrarse con la silueta inconfundible de los rascacielos de Madrid.


El yacimiento tiene más de 8 hectáreas de superficie, de las que apenas se ha excavado un 10%. Aún así se ha encontrado avanzado urbanismo con calles ya empedradas y casa apoyadas por sus traseras.


Calle empedrada

Estas casas, rectangulares, se componían de una zona porticada sobre pies derechos de madera, tal y como se han seguido conservando en la propia Santorcaz

A través de un zaguán se entraba en la zona central, con un hogar en el mismo centro. Sin cimientos, las partes bajas se construirían en mampostería y adobe en las zonas altas. Los techos se realizarían por medio de materias vegetales impermeabilizadas con arcilla.

El lugar tendría una amplia área de influencia en conexión con los caminos anteriores a la creación de la Complutum romana. Con una población que podría estar cerca del millar de personas dedicadas a la agricultura (molinos) tejidos, metalurgia, cerámica…

 

En lo que se refiere a los carpetanos, las primeras noticias de su existencia son del año 220 a. de C. y durante la Segunda Guerra Púnica (218 a 206 a. de C.), cuando las tropas de Aníbal atravesaron el interior de la Península Ibérica para asegurarse el control de la zona. Estas noticias los describen como el pueblo más guerrero de la Meseta Sur, usados por los cartagineses como mercenarios en sus ejércitos. Sin embargo, tras la toma de Helmantiké (Salamanca), después de que sus habitantes (vettones) vencidos se extendiesen por tierras carpetanas, los carpetanos, ante la dureza de las levas cartaginesas, se entregaron a los cartagineses. Según Polibio, se reorganizó la población en el territorio, incluso con traslados forzosos. A partir de este momento, la etnicidad carpetana empezó a fragmentarse Aunque desde el año 195 a. C. los carpetanos participaron junto con sus vecinos vettones, vacceos y celtíberos en campañas frente a la dominación romana, fueron rápidamente pacificados por éstos últimos, de forma que, pocos años después, el territorio de Carpetania será, tanto el campo de batalla de la lucha entre romanos y celtíberos, como el objetivo de las incursiones bélicas de otros pueblos indígenas.

Tomado de http://www.lukor.com/not-esp/locales/portada/06082527.htm

 

Para saber más

http://www.lukor.com/not-esp/locales/portada/06082527.htm

http://www.unaventanadesdemadrid.com/santorcaz.html

 

 Vicente Camarasa

LOS VERRACOS CELTÍBEROS. LOS TOROS DE GUISANDO

Verraco. Ávila

Antes de la llegada de los romanos existieron numerosos pueblos autóctonos a los que llamamos prerromanos. Los del centro de la Península se suelen denominar Celtíberos, y a los grupos que vivieron en el oeste de la Meseta, Vetones (Ávila, Salamanca, Cáceres, Zamora).


 

Localización de los Vetones

Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Vetones

 

Entre los restos más destacados de estos vetones se encuentran los verracos, esculturas de ¿toros o cerdos? muy esquemáticas.

Su función no la sabemos en concreto pero se piensa que se trataría de figuras que protegerían mágicamente a los ganados, pues muchos de estos verracos se encontraban en las cañadas (caminos de trashumancia que se utilizaban para mover el ganado desde los pastos de verano (en la sierra) a los de invierno (más en el sur).


Verraco. Ledesma

Este tipo de figuras protectoras (al igual que las esfinges egipcias) se las denomina apotropaicas.


 

Marrana Cárdena. Arévalo

En la provincia de Ávila existe un conjunto de varios Verracos a los que se conoce como Toros de Guisando, acaso agrupados en tiempos romanos

 

 

Toros de Guisando

Tomado de http://es.wikipedia.org/wexiki/Archivo:Toros_de_Guisando.jpg

 

Vicente Camarasa 

LAS DOS GRANDES DAMAS IBÉRAS. ELCHE Y BAZA

El Museo arqueológico de Madrid es un bello desconocido que, en la actualidad, está siendo remodelado para ofrecer sus colecciones de una forma más visual y atractiva.

En él se encuentra numerosos tesoros que ya os he ido poniendo en algunos artículos de Prehistoria y España en el I Milenio.

 Hoy vamos a fijarnos en dos de sus mejores esculturas. Las Damas de Elche y Baza.


Ambas son de origen íbero, en torno al siglo VI-V a C. La de Baza apareció en su propia sepultura, con todo el ajuar funerario, mientras que la de Elche fue un hallazgo puramente casual y con una larga historia de idas y venidas que puedes leer aquí


 

 

Dama de Baza

 

Si os fijáis en la dama de Baza, tiene todas las características de la escultura arcaica (Egipto, arcaica griega, etruscos). Se trata de una representación frontal (pues su trono estaba colocado contra la pared), simétrica, estática (sin movimiento), hierática (sin expresión), policromada (aún le quedan restos) de bloque cerrado (los brazos y piernas no salen del bloque general)…

 

Dama de Baza

.

En un lateral del trono existe un hueco en donde se depositarían las cenizas del difunto que, por el ajuar funerario, debía ser un noble guerrero.

 


La Dama de Elche mantiene las mismas características (en este caso el hueco está en la nuca), aunque su calidad es muy superior, tanto en los maravillosos detalles de sus adornos como en el acabado de su piel y sus telas. Se ha pensado incluso que su autor fuera un griego venido hasta esta zona.

 

 

 


 Posible reconstrucción policromada

 

En cuanto a la interpretación de ambas esculturas se piensa que podían tratarse de diosas de la vida y la muerte, a la manera de la Tania fenicia (diosa que proporciona la muerte pero también está unida a la resurrección de la primavera). Sin embargo, algunos especialistas hablan de que podrían tratarse (al menos la de Elche) de sacerdotisas con su traje y adornos rituales

 

Este tipo de esculturas debieron ser más habituales de lo que pensamos en la actualidad, tal y como demuestra un reciente hallarzo (1987) de la llamada Dama de Cabezo Lucero (Guardamar del Segura), muy detoriorada y en la actualidad reconstruida


 


 

Para saber más 


ANÁLISIS Y COMENTARIO DE LA DAMA DE BAZA


http://www.dearqueologia.com/dama_de_elche.htm (Dama de Elche) 


http://www.dearqueologia.com/dama_baza.htm (Dama de Baza)


http://algargosarte.lacoctelera.net/post/2009/10/09/arte-ib-rico-escultura-y-cer-mica-caracter-sticas-e-iconograf (Un buen artículo sobre la escultura ibérica)

 

TODOS NUESTROS POST SOBRE ARTE ÍBERO

 

Vicente Camarasa

 

¿QUIÉNES FUERON LOS TARTESSOS?

 

Tesoro de la Aliseda

 

 

En la actualidad se considera que Tartessos fue una feliz coincidencia entre una cultura local (un desarrollo del Argar, en el Bronce, hacia la zona suroeste de Andalucía), lo suficientemente adelantada y organizada para que pudiera influir en ella las colonias fenicias  del círculo del estrecho (con Gadir como principal capital) que se instalaron hacia el siglo VIII a C.

Sobre esta hipótesis la mayoría de los arqueólogos sitúan Tartessos en el Bajo Guadalquivir, aunque con una potente fuerza de influencia que llegaría hasta Extremadura (como demostraría el palacio de Cancho Roanoo Linares, en el Norte de Andalucía


 

Posible ubicación de Tartessos en relación con fenicios (Gadir) y su expansión interior

Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Tartessos.png

 

Esta zona que ocupa hoy Doñana sería, en el I Milenio, un gran lago cerrado (Ligur o Aoron) en torno al cual se desarrollaría la zona más rica de esta civilización.

Ante su capital nunca encontrada, los especialistas se dividen en dos posibilidades.

Unos apuestan por una localización hacia el este (que podría corresponder con la actual Sevilla o con Jerez de la Frontera-Puerto de Santa María). Esta zona sería especialmente rica en pastos, por lo que la agricultura, y especialmente la ganadería sería la principal actividad de Tartessos.

A favor de esta hipótesis se encontraría las leyendas de Gerión, las de los toros de Hércules o la de los cultos relacionados con el toro que se relacionarían con el mundo micénico.


 

Fresco minoico de Knossos.

Tomado de

http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Knossos_bull.jpg

 

Otros, sin embargo, prefieren una localización al oeste del lago, cercana a la actual Huelva.

Los que así piensan hablan de la importancia que tuvieron las minas de de cobre y estaño de Río Tinto, posible objetivo del comercio fenicio.


 

Minas de Rio Tinto. Estado actual

Tomado de http://commons.wikimedia.org

 

También alegan la importancia que tuvo la orfebrería en el arte tartessico, con ejemplos como el Carambolo , el tesoro de la Aliseda o los candelabros de Lebrija

 

 

Candelabros de Lebrija. Museo Arqueológico de Madrid

 

Probablemente ambas actividades se complementaran, creando una sociedad bastante jerarquizada en donde una nobleza o un rey (según opiniones) controlaría la producción y el comercio con los fenicios.

Para esta clase social (probablemente para sus enterramientos) se realizarían las obras de orfebrería que hemos comentado, pues serían los únicos con capacidad de riqueza, ya que el pueblo estaría condenado a una especie de servidumbre casi feudal

Esta nobleza ya habría aparecido antes incluso de los contactos con los fenicios, como demuestra las numerosas estelas del periodo arcaico (geométrico) de Tartessos. En ellas se reflejan de una forma sumamente simplificada a guerreros portadores de espadas, carros, cascos y escudos, que serían los símbolos de su poder


  

 

Lo que también sería probable es la existencia de una clase noble no guerrera parecida a los escribas egipcios. Su poder estaría en el conocimiento de la escritura (de la que posiblemente derivará el íbero), y según autores podrían ser sacerdotes de los principales templos tartésicos (a cielo abierto, muy parecido a los fenicios).

 

Escritura Tartessa

Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:I_tarteso.jpg

 

Otra de las evidencias cada vez más claras es que Tartessos (además de productor de materias primas) se encargó del comercio entre fenicios y castreños (costa gallega), creando así lo que en la actualidad llamamos camino de la Plata.

 

Jarro zoomorfo


Sin embargo, esta civilización hizo crisis en torno al siglo VI, derrumbándose por completo. Las causas no están nada claras y existen numerosas teorías, desde el control fenicio (o cartaginés temprano) de la zona, ya fuera militar, Blanco Freijeiro, o puramente económico, Alvar; la caída de la ciudad fenicia de Tiro a manos de Nabucodonosor en el 573 que estranguló el comercio Blázquez; problemas internos dentro de Tartessos al desaparecer los filones más superficiales de metal en las minas (Wagner) o por la propia desforestación y contaminación generada por la actividad metalúrgica Vega Toscazo Y Bernabéu. Otros, incluso, hablan más de un cambio interno que de un verdadero colapso. Según Almagro o Ruiz y Molinos se produciría un cambio de centralidad hacia la Alta Andalucía (Linares) que poco a poco se iría iberizando, perdiendo su carácter monárquico por otro aristocrático y restringiendo la actividad comercial.

 

Tesoro del Carambolo

 


Más información sobre Tartessos en

http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1575

 

De los múltiples libros que hay, los más claro, entretenidos y con buenas explicaciones son, a mi juicio, son los de el de Bendala y Tartessos de Ruiz Mata

 

Como novela juvenil es muy recomendable la de Sánchez Escamilla

 

Vicente Camarasa

 

30 SEPTIEMBRE DE 1958 ¡TARTESSOS EXISTE! El tesoro del Carambolo

 

 

 

Tesoro del Carambolo. Collar.

 

Durante siglos, Tartessos, Tarsis o Tarchich fue el mito fundacional que daba los orígenes a lo español.

Toda la información provenía de textos griegos (los famosos nostoi o poemas de los retornos de los héroes de la guerra de Troya cuyo ejemplo más conocido sería la Odisea de Ulises) o los míticos trabajos de Hércules (en especial el de las Columnas de Hércules, como se conocía Gibraltar en la Antigüedad, los toros de Gerión o el de las manzanas de las Hespérides).

También la Biblia mencionaba a Tarsis, así como los posteriores historiadores y geógrafos grecolatinos (Herodoto, Estrabón, Plinio)

Con la lectura de todos estos fragmentos Tartessos aparecía como un reino rico y feliz, en las cercanías de la desembocadura del Guadalquivir, regido por reyes legendarios (Gerión, el de las tres cabezas, Gárgoris, descubridor de la miel, o su nieto Habidis, que les dejó agricultura, el urbanismo y las leyes. Tal vez sólo se podía suponer histórico a Argantonio, amigo de los helenos, aunque sus 180 años de longevidad le quitaban un tanto de crédito

En esto se quedaba todo. La feliz idea de una primera Edad de Oro hispana que se extinguiría de la misma forma que nació, en la más completa oscuridad.

 

Sin embargo, el 30 de septiembre de 1958 ocurrió, por puro azar, un accidente que lo cambió todo. En unas instalaciones de tiro al pichón muy cercanas a Sevilla, en el llamado cerro del Carambolo, unas obras de ampliación sacaron a la luz una vasija con veinte piezas de oro, exquisitamente trabajadas.

Entre ellas aparecían collares, brazaletes y unos curiosos objetos que los investigadores han pensado que se tratarían de pectorales, tal y como muestra esta ilustración.

 

Aunque últimamente se ha propuesto una nueva hipótesis que se vincularía a bueyes que transportarían carretas rituales hacia algún tipo de santuario (curiosamente una imagen que, de ser cierta, podríamos vincular directamente con las peregrinaciones del Rocío, que no deja de ser una cristianización de Astarté/Tanit fenicia, como ya vimos aquí)

 

Sea  cual fuera la interpretación, lo cierto es que la técnica y motivos utilizados tienen una clara influencia del mundo fenicio que tan íntimamente se encuentra vinculado con Tartessos

 

 

Pulsera. Tesoro del Carambolo

 

A su vez, y tal y como hemos ya analizado en el Tesoro de la Aliseda, esta orfebrería será básica para el mundo íbero, tal y como se pueden observar en piezas conservadas (Tesoro de Jávea) o en los adornos de las famosas Damas, profundamente influenciados por estas piezas

 

 

 

Tesoro del Carambolo. Collar. Como todas las piezas anteriores custodiadas en el Museo Arqueológico de Madrid

 

En próximos post seguiremos hablando más de esta civilización, de sus enigmas y de las nuevas certezas que vamos poco a poco conociendo

 

Vicente Camarasa

 

LA HISPANIA FENICIA Y CARTAGINESA. Muchas leyendas y pocos monumentos

 

Ajuar de la necrópolis de Sidón

 

Biblos (la ciudad que dio nombre a los libros; biblioteca), Sidón o Tiro. Dioses como Melkart del que saldría el Hércules griego, Astarte o Tanit, diosa de la vida y de la muerte que exigiría en su honor molk o sacrificios de niños. Un pueblo comerciante; traficante de culturas y usurero al mismo tiempo. Aquel que inventó la escritura moderna y concretó el alfabeto y del que apenas, sin embargo, conservamos textos. El creador de Cartago que, mucho tiempo después de haber desaparecido Fenicia, quiso medirse con los romanos y, guiado por Aníbal, llevó su ejército de elefantes, atravesando los propios Alpes…

Todo lo que rodea a los Fenicios está envuelto en la bruma. Los conocemos a través de los textos griegos y bíblicos, con escasos restos materiales. Sabemos que su territorio original se encontraba en el actual Líbano. Organizados en polis independientes y con la sola riqueza de los cedros del Líbano, muy pronto buscaron en la navegación y el comercio su único futuro. Tan bien lo hicieron que sus colonias se extendieron más allá de las Columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar) y llegaron (quizás) a rodear África por el sur, conectar con el estaño de las islas Casitérides (¿Islas Británicas?) y hay alguna teoría, incluso, que asegura su presencia en las costas de Brasil.

 

 

 

De todas sus colonias conocidas destacaron dos: Cartago y Gadir. La primera (en la actual Túnez) terminaría por independizarse cuando Nabucodonosor  conquistó las ciudades Fenicias. Pasó entonces a dominar las colonias occidentales y crear en Hispania dos grandes colonias, Eibissa y Cartago Nova.

Hubo, por tanto, dos Hispanias en este periodo. Una primera, dirigida por Gadir (y de la que nacería el reino de Tartessos, del que pronto hablaremos) y otra púnica o cartaginesa, con Ibiza y Cartago Nova como principales centros.

De la primera poco sabemos más que por textos, pero su templo de Melkart y su oráculo fueron famosos en todo el Mediterráneo antiguo. Lo que sí conocemos es que gracias a su influjo, los primeros españoles conocieron la vid y el olivo, el alfabeto, la almadraba para pescar atunes que aún se utiliza hoy, el descubrimiento de un pequeño molusco llamado múrex del que se extraía un color rojo intenso, el púrpura, color del poder durante toda la época antigua. Nos enseñaron también las técnicas de salazones y la elaboración del gárum, una exquisita pasta de tripas de pescado en salmuera que luego los romanos adorarían, como si fuera caviar. (Aún quedan restos de una fábrica en la propia Almuñécar, llamada entonces Sexi)

 

 

 

Ánforas fenicias para transportar aceite y vino

 

Toda esta civilización nos llegó unida a su religión, un extraño compendio de creencias que unían lo mesopotámico y lo egipcio, como demuestran los famosos sarcófagos de Cádiz

 

. En vez de templos como hicieron los griegos, sus lugares sagrados se encontraban al aire libre, rodeados de pórticos, con un altar en el centro para las ofrendas. Existían también lugares sagrados en montes y cuevas (como luego harán los íberos) y una curiosísima prostitución sagrada en donde mujeres del templo (hieródulas) se ofrecían al visitantes como una forma ritual de acercarse al dios y, de paso, llenar las arcas del templo. Numerosos sacerdotes de cabeza rapada cuidaban de los oficios, como éste que se encontró en la bahía de Cádiz y ahora conserva el Museo Arqueológico de Madrid.

 

 

 

 

Sus sucesores, los cartagineses o púnicos mantuvieron gran parte de la cultura fenicia, aunque dándole un carácter imperial y belicoso que le llevará a enfrentarse en tres ocasiones con la otra gran potencia del Mediterráneo occidental, Roma, en las famosas guerras púnicas.

Sus restos materiales son mucho más abundantes y, si se visita Ibiza, entre la playa y la discoteca, sería muy aconsejable visitar la necrópolis de Puig de Molins (en la misma capital). De ella se han rescatado numerosos trabajos de orfebrería y terracotas (barro cocido) que representaban a sus numerosos dioses, como Astarté (diosa de la vida y la muerte) o a Beel (dios de la gierra, pero también del comercio). Son pequeñas estatuillas llenas de decoración (se llamó a este estilo orientalizante) y de una total despreocupación por la armonía, tanto en las expresiones como en las proporciones.

 

 

 

 

 

 

En Cartago Nova se fundó uno de los grandes puertos del Mediterráneo. Un puerto doble, con un lado interior que servía para refugiarse en tiempos de guerra y servir como astilleros. (Una forma semejante debió existir en Cartago)

 

 

 

Toda la ciudad se encontraba amurallada y aún queda un pequeño recinto excavado de estas defensas, con un pequeño pero precioso museo. La muralla era doble, con habitaciones interiores, que de nada le valió cuando el imperio Romano decidió invadir España para cortarle la retirada a Aníbal. Comenzaría entonces una nueva historia de la que aún vivimos: La Hispania romana, cuya primera expresión será Tartessos

 

 

Si queréis saber más:

http://www.mgar.net/var/fenicia.htm

http://www.geocities.com/fenicios_puj/pagina_principal.htm

 

Existe una maravillosa página que recoge enlaces sobre el mundo fenicio

 

Vicente Camarasa