HOY, DÍA DE DIFUNTOS, LA MUERTE EN EL BARROCO ITALIANO. ENTRE ESQUELETOS Y CALAVERAS CON BERNINI AL FONDO
Santa María del Popolo. Roma
El año pasado, en la misma fecha, publicábamos un artículo sobre la muerte en el barroco español (por cierto, con mucho éxito, pues es una de las entradas más visitadas del blog). Veamos hoy otra forma de plasmar este mundo de ultratumba que tanto le debe a Bernini, completamente distinto al hispano.
Como ya comentara Mâle, el esqueleto y la calavera serán las grandes iconografías del barroco romano. Un esqueleto curiosamente alado que nos interpela, sustenta los clípeos, acaso nos sonríe malignamente.
San Pietro in Vincoli
Quizás el primero de ellos lo imaginara Bernini para una capilla en San Lorenzo in Dámaso. Su éxito fue extraordinario y el modelo se repetiría en esculturas, estucos, pinturas y composiciones de piedras duras.
Bernini? San Lorenzo en Damaso
También lo utilizaría en el solado de la capilla de Santa Teresa en Santa María Della Victoria
A partir su uso se vuelve constante
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San Francesco in Ripa
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San Pietro in Vincoli
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San Francesco in Ripa
Quizás la representación más inquietante de esta muerte la realizará de nuevo Bernini para la tumba de dos Papas: Urbano VIII y Alejandro VII , ambas en el Vaticano. Mientras en la primera el esqueleto se aplica en arrancar los títulos (la memoria) del fallecido.
En el segundo, aún más escenográfico, un nuevo esqueleto levanta un pesado paño de mármol anaranjado dejándonos ver la puerta que se convierte en una puerta al más Allá.
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Junto al esqueleto, también será redundante la calavera. Una calavera de nuevo alada que recuerda a un putti (la imagen del amor de Cupido) a la que el pensamiento barroco (tan amante siempre de las contradicciones) cambia el sentido, pasando del amor y la carne de sus sonrosados mofletes a la muerte y la aridez de los huesos que nos miran sin ojos, sólo las cuencas vacías.
Santa María in Cosmedin
Santa María sopra Minerva
Pero la presencia de la muerte no sólo queda en esas figuras. Hace unos meses hablábamos aquí de las reliquias en el mundo barroco italiano.
Relicario. San Crisogomo
Su constante presencia, a menudo obsesiva, nos hablan perfectamente del mundo barroco, tan amante de los placeres como gran frecuentador de la muerte, algo que en nuestra sociedad, laica y materialista, ha desaparecido y no nos deja percibir con claridad la importancia que tenía la muerte en la vida cotidiana (en aquella vida cotidiana del siglo XVII en donde las personas agonizaban y morían en sus casas y las grandes epidemias la mostraban con una cotidianidad que a nosotros nos resultaría verdaderamente terrible pero al hombre barroco le recordaban, de nuevo la paradoja, la importancia de vivir ante lo incierto que siempre se presenta el destino)
No deberíamos olvidar tampoco el aspecto morboso de todas estas manifestaciones (que atraían peregrinos y donativos), ni tampoco el mensaje de poder que tienen los sepulcros y monumentos funerarios que cimentan el prestigio de unos apellidos.
Se creó también toda una nueva iconografía, la del martirio, que analizaremos en un próximo artículo
UNA FOTOGALERÍA enlazada DE BERNINI
Texto e imágenes: Vicente Camarasa
2 comentarios
María -
Tengo que volver urgentemente a Roma, que me da la sensación de que no he visto nada cada vez que paso por aqui...
Ana -
Sería muy interesnte saber porqué nuestra cultura tiene una visión tan solemne de la imagen de la muerte, tan diferente , por ejemplo de la fiesta de los muertos de México.