UNA TORRE MUDÉJAR EN MADRID. SAN NICOLÁS
Con este artículo inicio una serie dedicada a Madrid, ése gran desconocido por los madrileños. Buscaremos iglesia, rincones, esculturas y anécdotas de esta ciudad, y nada mejor empezar con la iglesia más antigua de la capital. San Nicolás.
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Muy probablemente sus trazas más antiguas fueran parte de una mezquita menor que ocupó esta zona, cuando Madrid era una pequeña fortaleza islámica ordenada construir por Mohamed I, en el siglo IX. Su centro estaría en la actual Almudena-Palacio Real, siendo una pequeñísima localidad llamda Mayrit
La iglesia, en concreto, sólo puede conservar algún vestigio musulmán en los sótanos, no visitables. Tiene también una pequeña capilla dedicada al Madrid islámico, mal iluminada, junto a los pies.
Sin embargo el elemento que más llama la atención es la torre, aislada del resto de la edificación por un pequeñísimo patio. Desde la calle San Nicolás o desde la propia plaza del Biombo se puede ver sus muros de ladrillos y sus arcos polilobulados de origen mudéjar (XII) que en el XVII se remataron con un chapitel (tejado de pizarra de varias vertientes) de herencia herreriana (no en vano, Juan de Herrera estuvo enterrado en ella durante un tiempo, quedando una lápida a los pies que lo recuerda).
También de influencia mudéjar será la techumbre de madera de la nave central, casi única en Madrid (y en la que no se usaron clavos, sino que todas las piezas iban engarzadas unas con otras), y un amplio arco de herradura que se abre ante el altar (tras él una bóveda del gótico final, estrellada)
El resto es obra del XVII, con numerosas capillas en las que vemos las típicas formas barrocas madrileñas, con una pequeña cúpula oval. En ellas hay una gran cantidad de tallas de madera que convierten a la iglesia en un pequeño museo de escultura, destacando el busto de una Soledad de Pedro de Mena (XVII) con sus típicos postizos (lágrimas y ojos de cristal) y una talla finísima en los mantos.
La última remodelación que sufrió la iglesia es la portada, obra de Ribera (siglo XVIII) de un barroco muy evolucionado que ya casi conecta con el rococó, con su frontón curvilíneo y partido, la decoración carnosa y los florones puestos en las esquinas. La puerta aparece muy moldurada para jugar con la luz, creando unos ángulos típicos en su parte superior a los que se denomina orejones (también se pueden ver en la cercana Plaza de la Villa).
El barrio fue, en el siglo XVII, una de las zonas más caras y representativas de Madrid, viviendo en ella nobles, especialmente por su cercanía al Palacio. Existía (en la actual Plaza del Biombo, marcada con una cruz) un gran convento (el llamado de Constantinopla).
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Un lugar lleno de historia y misterio que intenté recoger en mi novela histórica El Señor del Biombo
Para llegar hasta ella hay que buscar la calle Mayor y, camino hacia la Almudena, coger la penúltima calle a la derecha. El metro más cercano es ópera, aunque desde él es más complicado (ir hasta Ramales y preguntar allí).
Por cierto, las iglesias de Madrid suelen estar abiertas por la mañana (en torno a las 12-13h y las tarde (en torno a las 6-7)
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Nuria -