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CARLOS III. EL MONARCA ILUSTRADO… A RATOS

 

 

 

 

Carlos III. Goya

Tomado de wikimedia.org

 Siempre que se piensa en Carlos III nos viene a la memoria sus rasgos ilustrados. De hecho, los profesores de historia lo solemos poner como ejemplo de monarca del despotismo ilustrado (todo para el pueblo pero sin el pueblo) que, sin abandonar su poder absoluto, inició novedosas políticas a favor de la población (alcantarillado o iluminación de Madrid), la mejora de la agricultura (desecación de pantanos, creación de regadíos…), industria y comercio (eliminación del monopolio de Cádiz para el comercio con las Indias, mejora de los caminos para el transporte, apoyo a la creación de Sociedades, creación de un banco central, el de San Carlos…). Incluso su política contra la iglesia (expulsión de los jesuitas) era típica de estos monarcas modernos.

 En el propio terreno artístico apostó también por el estilo ilustrado (racional) por excelencia: el Neoclasicismo. Con Mengs como pintor de Cámara y Juan de Villanueva como arquitecto estrella, ideó el gran Salón del Prado en el que se unían los aspectos estéticos con claras referencias a la mitología clásica (fuentes de Cibeles, Apolo o Neptuno) con todo un programa científico (Real Observatorio, Jardín Botánico, Museo de Ciencias que medio siglo después se convertirá en el Museo del Prado, Hospital de San Carlos que es el actual Museo Reina Sofía…)

Como se puede observar en las siguientes fotos de Villanueva, este estilo neoclásico renunciará al movimiento y decoración barroca, buscando una imagen mucho más solemne y clásica, sin adornos, con la columna clásica convertida en el principal protagonista. Se trata de una vuelta a Grecia y a Roma pero también al Renacimiento (Bramante, Palladio) que además de sus formas sobrias buscan (en sus nuevas funciones ya no religiosas) ser la imagen de los nuevos tiempos iluminados por las luces de la razón.


 Museo del prado. Villanueva

 

  

Jardín Botánico. Villanueva

 

  Sin embargo existe otro Carlos III mucho más tradicional y cercano al rococó. Es el rey privado que no puede evitar sus inclinaciones y pide al gran pintor rococó italiano, Tiépolo, la decoración de las salas interiores del Palacio Real. En ellas los colores pastel (muy suaves), las figuras idealizadas, la luz difuminada son típicos de esta estética rococó que había nacido en Francia y extendido por toda Europa. Un estilo un tanto frívolo, exquisito hasta el extremo que ya se analizó en el artículo dedicado a Felipe V


 

Decoración interior del palacio real de Madrid por Tiépolo.

 Tomado de wikimedia.org


 De igual manera, Carlos III recogió la tradición rococó napolitana de los belenes (pues él fue rey de Nápoles antes de serlo de España), una representación (otra vez idealizada, sumamente estamental y aristocrática) del mundo que ya hemos analizado aquí.


Belén napolitano

 

Será incluso durante su reinado cuando la Real Fábrica de Santa Bárbara cambie los temas tradicionales de los tapices (normalmente cacerías) por los que tanto conocemos por la obra de Goya (que empezó a trabajar en la Fábrica durante su reinado).


La gallinita ciega

 

Estos tapices recrean el mundo feliz y maravilloso de una nobleza que (rizando el rizo) se disfraza de pobre y juega a entretenimientos populares (la cucaña, la gallinita ciega, el pelele), imitando así lo que se hacía en el círculo privado de María Antonieta en París. Unos pobres falsos, que visten los trajes populares (majos), pero no están sucios o requemados por el sol como los pobres verdaderos.

 

 

El Pelele. Goya. Cartones para tapices.

Tomado de wikimedia.org


   

Goya.  Baile a la orilla del Manzanares (cartón para tapiz)

Tomado de wikimedia.org

 Pues es todavía el mundo del Antiguo Régimen, de la sociedad estamental que habla de privilegios y de una clase ociosa, elegante y exquisita que no tiene otros problemas verdaderos que el elegir la peluca o el maquillaje cada mañana.

La pradera de San Isidro

Tomada de wikipedia

Si queréis saber más de este mundo y su ideología podéis ver el artículo sobre el paisaje pintoresco

 

 

 

Vicente Camarasa

 

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