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sdelbiombo. Una mirada artística al mundo

EL ORIENTALISMO ROMÁNTICO

Delacroix. Mujeres de Argel

Los escritores y pintores románticos se interesaron constantemente por la cultura oriental (entendida como islámica). A este fenómeno se le denominó orientalismo.

Les fascinó este mundo islámico porque veían en él una civilización completamente ajena a la occidental, todavía virgen. Huyendo de la razón, la técnica, los buenos modales, la sociedad burguesa... ellos encontraron en el mundo islámico una forma de vivir llena de verdad, peligrosa, sensorial, con más emociones que razones, llena de luz y pasión.

El derviche. Delacroix

En ese mundo aún era posible la aventura y, sobre todo, era un gran canto a los sentidos.

La batalla de Tetuán. Fortuny

Especialmente les resultaba atractiva la idea del harem de mujeres encerradas, lleno de erotismo y aventuras amorosas sin todas las etiquetas, buenos modales y fingimientos de la sociedad occidental.

Odalisca. Fortuny

Esto es lo que ellos veían en lo oriental. Una pura invención.

Como ya vimos con la Historia, el romanticismo (tan subjetivo) no ve la realidad como es, sino que la interpreta en clave de deseos. La manipula y reconstruye para que se adecúe a sus deseos de libertad, pasiones, aventura, sexualidad...

Boda judía. Delacoix

Por tanto su visión está sumamente falsificada y ve lo que quiere ver.

Por eso en las imágenes nos aparecerá una vida de aventuras que apenas ocurre, unos harenes que no conoce (pues en esta época ya apenas existen), una pureza de costumbres que es más fruto de la pobreza que del deseo de ser auténticos.

Delacroix. Caballos

Esta mixtificación (reconstruir la realidad a un gusto previo) se puede comprobar en la visión que tenían estos románticos sobre la propia España (especialmente sobre Andalucía).

Los visitantes franceses, ingleses o americanos de la España del XIX buscaban un mundo imaginario, lleno de toreros y folclóricas, de bandoleros que les podían asaltar tras cada montaña, de asesinatos por pasión (de poder, de amor), y descartaban todo lo que no se adecuara a esta imagen.

La conjura de los Abencerrajes. Fortuny

Por eso les fascinaba la Alhambra (Los famosos cuentos de la Alhambra, de Irving), la Sevilla islámica, las fiestas gitanas, los toros...

Robert Kemm

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