BRANCUSI Y EL INICIO DE LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA
Musa durmiendo
Picasso, Arp, Modigliani, Henry Moore, Barbara Hepworth... fueron ardientes admiradores de este rumano tímido, formado a si mismo y trabajador sin pausa, que revolucionó la escultura para hacerla verdaderamente moderna.
Ciertamente en su primera etapa fue influenciado por Rodín (la gran figura de la escultura decimonónica), pero fue capaz de abandonar sus formas (aquellas que se quedaban en el mismo límite de la modernidad) para hacerlas ingresar en el siglo XX.
Columna sin fin
Como ya ocurría en pintura (piénsese en el tándem Cezanne- Picasso), Brancusi comprendió que había que regresar al origen para eliminar toda la literatura e ilusionismo decimonónico.
Se inspiró para ello en el onmipresente arte africano y su manera de comunicar con menos, con una profunda abstracción geométrica de la realidad.
El beso
Sus obras se convirtieron así en reducciones progresivas de lo visual para legar a las formas primigénias (ovoide especialmente) que, curiosamente, nunca resultan insulsas o frías, pues siempre llevan en su ser un profundo humanismo. Es la materia trabajada minuciosamente para buscar en ella su verdad última.
El nuevo nacimiento
Pues en su obra se une de forma maravillosa la reducción geométrica con la forma biomorfa que será básicas para autores como Arp o Moore. Una simplicidad que se niega a reducirse a volúmenes simples, sino simplificados en busca de una armonía universal que vaya más allá de modas y subjetividades.
Margit Pogany
Esta armonía (y dependiente tanto de la influencia africana como de su búsqueda en el folklore rumano) tiene un fuerte componente mágico, transcendente.
Frente a la abstracción fría que pretenderán los constructivistas, Brancusi inaugura una escultura que se enraiza en una forma de redescubrir "los caminos secretos de la Naturaleza", pequeñas iluminaciones (él que fue tan aficionado a la mística tibetana) que nos mostraran relaciones ocultas (esa música interior de las que tantas veces hablaba Kandinsky) que nos ayuden a recuperar un estado de apaciguamiento, de verdad sencilla y revelada, tan compleja como simple pero siempre extrañamente cercana, pues se encuentra en nuestro interior (un verdadero neoplatonismo moderno pasado por las tradiciones extraeuropeas)
Pájaro en vuelo
En su obra existe, además, un profundo respeto a los materiales. Brancusi trabajará en madera, mármol o bronce, siempre intentando valorar (por medio de los distintos acabados) el material primigenio que, en sí mismo, ya transmite sensaciones táctiles (como lo hacía la escultura clásica) de pulimento, reflejo, porosidad, frialdad o calidez...
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