Tu objetivo es que, al colocarte delante de una obra de arte, seas capaz de comprenderla y también de explicarla con claridad y corrección.
El primer paso debe ser mirar, dejar que las formas y los colores se reflejen en tu retina de una forma lo menos condicionada posible pero inevitablemente selectiva.
El segundo paso es ir de lo que ves a lo que sabes, de las percepciones de los ojos y del cerebro a algunas de las cosas que tienes en la cabeza. De todo lo que sabes, debes recordar y seleccionar aquellos conocimientos pertinentes y útiles para poder comprender lo que ves, y relacionarlos con las cosas que ves.
El tercer paso es ordenar lo que ves y lo que sabes de forma coherente.
El cuarto paso es contarlo, expresarlo con corrección, siguiendo un determinado orden y utilizando
términos específicos adecuados.
De modo que los cuatro pasos se pueden resumir en:
1. VER
2. RECORDAR, SELECCIONAR Y RELACIONAR
3. ORDENAR
4. EXPRESAR.
1. VER la forma, los aspectos formales: tamaño, líneas, colores, luz, planos, volúmenes, formas de representación del espacio, composición, la iconicidad también llamada referencialidad o grado de realismo... También los aspectos materiales y técnicos, los cuales deben tratarse en primer lugar.
VER el contenido, los temas, identificar el argumento y los personajes, sólo identificarlos.
Lo que ves puedes expresarlo en una breve descripción en la que ya te irás fijando en lo que realmente interesa, no en lo curioso o marginal. Ello te servirá para sacar más tarde conclusiones.
2. RECORDAR aquellas cosas que sabes y RELACIONARLAS con lo que estás viendo. Si recuerdas las cosas suscitadas por lo que has visto, establecerás una relación entre lo que ves y lo que recuerdas, entre las características del estilo o del autor, y la obra objeto de tu atención. Al recordar debes ir SELECCIONANDO aquellas características determinantes que te van a permitir deducir el estilo, la fecha o el autor, desechando aquellas que sean irrelevantes.
Recuerda los instrumentos de análisis formal que conoces (Wölfflin, Focillon, Arnheim) por si pueden aplicarse a la obra.
Recuerda los instrumentos de análisis iconográfico e iconológico (Panofsky) y las cautelas que hay que tener en este campo (Gombrich). Busca posibles símbolos conocidos o un posible sentido simbólico general de la obra, en relación con el autor, con el contexto socio-religioso o con la persona que pudo encargarla.
Recuerda las características del estilo, periodo o autor con los que parece que la obra se relaciona; muchas de esas características, probablemente no todas, se encontrarán en la obra concreta.
Recuerda el ambiente social, cultural y religioso en el que se da la obra y establece relaciones entre
ésta y su época. Mira la obra como reflejo de su sociedad y si es o no crítica con ella. Descubre los valores que la obra defiende o contra los que lucha.
Y mucho ojo con lo que sigue:
- No hay que confundir influencias con coincidencias. Para que exista una influencia debe existir la posibilidad de un contacto entre la causa y el efecto. Es obvio que una obra no puede estar influida por obras o autores posteriores.
- Algunas cosas que sepas sobre el estilo, el autor, el tema, la sociedad, etc., si no tienen una relación suficiente con la obra, debes pasarlas por alto.
- Si afirmas algo sobre una forma, una característica estilística o del autor, un símbolo, etc, no lo harás sin dejar claro en qué detalle o en qué aspecto concreto de la obra te estás basando.
- Cada cosa que digas de la obra, debe poder verse, estar ahí. Entre la obra y tu comentario, siempre debe de existir un hilo de contacto, aunque sea indirecto, pero que sea explícito. Si afirmas algo sobre una forma, una característica estilística o del autor, un símbolo, etc., no lo harás sobre el vacío sino sobre algún detalle o aspecto concreto de la obra que tienes delante. (Por ejemplo: La luz es tenebrista, como vemos en el lado derecho del rostro de San Pedro sumido en la penumbra. O bien: El realismo propio de la tendencia barroca encarnada por Caravaggio, puede apreciarse en el curtido rostro de campesino del santo y de los demás personajes, así como en los ropajes sucios y rotos.
- Sin embargo, tampoco debes ceñirte sólo a lo que ves con los ojos. Puedes cerrarlos un rato y pensar en las cosas que sabes y que pueden dar juego en este caso. Recuerda lo que dijo el profesor cuando explicó esta obra o cuando la puso como ejemplo. Pero, sobre todo, recuerda las introducciones a los temas generales, lo que el profesor explicó entonces, y ahora encaja con la obra.
- El tema, si no se está seguro, no debe aventurarse.
- La explicación sociológica no suele partir de las puras formas y no se refiere a la sociedad representada en el cuadro sino a la sociedad en la que el cuadro fue pintado.
3. ORDENAR, estructurar el cúmulo de conocimientos relacionados con lo que ves, en un conjunto de ideas claras y simples, estableciendo relaciones entre unas y otras. Lo más recomendable es
empezar por los aspectos materiales y formales, seguir con los iconográficos e iconológicos y enlazar con los sociológicos.
Y no olvides que el que lee tiene que saber en todo momento cuándo te estás refiriendo a lo que tienes delante y cuándo te refieres a lo que sabes pero que no está ahí en la obra.
4. EXPRESAR por escrito, con corrección, claridad, orden y terminología específica, las relaciones que hayas establecido entre lo que ves y lo que recuerdas, entre la obra y lo que sabes.
Y no olvides las siguientes recomendaciones:
- Es mejor escribir con un estilo sobrio y conciso, evitando las frases demasiado largas.
- Hay que cuidarse de escribir correctamente los nombres extranjeros.
- Deben evitarse las paráfrasis, así como extenderse injustificadamente.
- Ante la duda, sugerir; ante la certeza, asegurar. Si es una obra muy conocida, puede decirse su nombre antes de entrar en razonamientos, evitando presentarlo al final como un descubrimiento (Sería absurdo decir: «Por lo tanto, se trata de Las Meninas, cuyo autor deducimos que es Velázquez»).
- En cronología, si se conoce con precisión, debe afinarse al máximo; si se .duda mucho, es mejor no poner nada.
- Evitar las contradicciones, especialmente las cronológicas. Si se plantean, debe suprimirse el elemento menos seguro.
- Ante la presencia. de elementos o características inequívocas de dos estilos, la obra será del más moderno.
RESUMIENDO, el comentario de la obra de arte responde a los siguientes puntos:
a) Presentación. Estamos ante una obra arquitectónica, escultórica... (Si es muy conocida, se dice
cuál). . .
b) Referencia a los materiales y técnicas, en la medida de lo posible, puesto que estamos ante una
reproducción. .
e) Breve descripción.
d) Aspectos formales, siguiendo todo el proceso mental de los puntos 1, 2 y 3 y expresándolo con el 4.
e) Aspectos iconográficos e iconológicos, con el consiguiente recorrido mental
f) Aspectos sociológicos, haciendo el mismo proceso reflexivo que en los dos puntos anteriores.
g) Conclusión. Cuando se ignora desde el principio la identidad de la obra o del autor, puede descubrirse ahora. También se puede hacer una pequeña valoración crítica de la obra, por ejemplo: Estamos ante uno de los ejemplos más excepcionales de tal momento, en caso de que sea verdad, o cualquier otra forma apropiada de colofón.
Jesús Mazariegos