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EL BELÉN NAVIDEÑO. NO TODO FUE TAN FÁCIL COMO AHORA PARECE

 

Aunque ahora la imagen del belén nos parece a todos de lo más natural, no apareció en las festividades cristianas hasta bastante tarde. De hecho, la primera vez que se celebró oficialmente la Navidad fue en el 320, cuando el papa decidió una festividad que escondiese otra pagana, la del solsticio de invierno, cuando el sol alcanza su altura mínima sobre el horizonte, iniciándose a partir de entonces la regeneración del ciclo que nos llevará al renacer de la primavera.

 

 

Según la tradición el primer belén (viviente), lo hizo San Francisco en el siglo XIII  (Greccio, 1223). Con él pretendía acercar el hecho religioso al pueblo de la forma más fácil posible, haciéndoles entender así la importancia de lo sucedido. Deberemos esperar a 1252 para encontrar documentos (que no piezas) en el monasterio alemán de Füsser.

 

Giotto (Trecento). San Francisco instituyendo la costumbre del belén en Greccio. Asís.

Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Basilica_di_San_Francesco

 

Por otra parte, muchos de los elementos que ahora consideramos normales dentro del belén no aparecen en los evangelios, y están sacados de tradiciones populares y de los evangelios apócrifos (aquellos que la iglesia actual no considera verdaderos). Fijaros en estos ejemplos

La cueva surgió de un Diálogo de Justino (quien citó una profecía bíblica: "Vivirá de cueva en cueva, de piedra dura") y de una descripción de san Jerónimo que en el año 404 hablo de "specus Salvatoris", cueva del Salvador. En la "Ascensión de Isaías", las lavanderas eran las nodrizas que lavaron los vestidos después del parto de la Virgen. Este texto incluso menciona el nombre de una de ellas, Salomé. El buey y la mula surgieron del Protoevangelio de Santiago, confirmando una visión de Isaías de Habacuc. En el siglo V un decreto papal, citado en una homilía de san León Magno, fijó definitivamente el número de los magos, que hasta aquel momento oscilaba entre dos y doce. La atribución del oficio de carpintero a José, que durante siglos fue no fue completamente aceptada, se impuso en el siglo VI a través de las representaciones de los marfiles bizantinos...

Vicente Camarasa

 

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